Junto a la entrada principal de la Diputación de Zaragoza, una mujer abre un maletín repleto de billetes falsos e invita a los transeúntes a ponerlos al sol, como si fueran a comprobar las marcas de agua. Pero, al poner los billetes a la luz, descubren que ese dinero podría ir a atención sanitaria, escuelas, cooperación al desarrollo…

Esta puesta en escena, llevada a cabo por Oxfam Intermón el pasado viernes en ciudades de toda España, incluida Zaragoza, era una acción simbólica con la que la oenegé pretendía hacer entender a la gente cómo le afectan en su día a día las consecuencias de la evasión fiscal.

«Llevamos trabajando contra la lacra de los paraísos fiscales desde el año 2015 mediante la publicación de distintos informes», recordaba María José Gascón, responsable de Influencia y representante territorial de Oxfam en Aragón, Navarra y La Rioja, en la plaza España de Zaragoza. «La actual campaña es una continuación del informe que sacamos en noviembre, El dinero que no ves, y tiene que ver con toda la problemática de la lucha contra los paraísos fiscales, porque sus consecuencias sobre las políticas públicas son reales», explicó.

Esta nueva acción de Oxfam Intermón pretende sobre todo informar a la ciudadanía sobre esas consecuencias reales, «que a veces parece que queden muy lejos, pero realmente nos atañen a todos en forma de recortes en sanidad, en educación, y otros dineros que se evaden y que, con una recaudación más justa, podrían cubrir esos costes», añadió Gascón.

El objetivo del acto del pasado viernes era conseguir firmas para exigir a grandes empresas internacionales que se comprometan a abandonar su presencia en los paraísos fiscales. Y también mostrarle a los ciudadanos de a pie qué se podría hacer con ese dinero evadido si este saliese a la luz.

Y es que la inversión mundial hacia paraísos fiscales ha aumentado un 45% en menos de 10 años. Un hecho que tiene mucho que ver con el espectacular aumento de la desigualdad global en este periodo.

El aumento descontrolado de la desigualdad ha creado un mundo en el que tan solo 62 individuos poseen tanta riqueza como 3.600 millones de personas, la mitad de la población mundial. Según Oxfam, hace cinco años esta cifra ascendía a 388 personas.

Desde el 2010, los ingresos de la mitad de la población se han reducido en un billón de dólares, lo que supone una caída del 41%. Mientras, la riqueza de las 62 personas más ricas del planeta ha aumentado en más de 500.000 millones de dólares.

La fuga, en alza

Entre tanto, la fuga de recursos hacia paraísos fiscales está jugando un papel clave en el crecimiento de la desigualdad. Se estima que, en todo el mundo, la riqueza individual oculta en paraísos fiscales alcanza los 7,6 billones de dólares, lo que supone una pérdida de 190.000 millones de dólares más cada año en ingresos fiscales para los gobiernos que destinar a la educación y salud de los más pobres.

Por otra parte, la inversión empresarial en paraísos fiscales se ha multiplicado casi por cuatro entre el 2000 y el 2014, y supone unas pérdidas de al menos 100.000 millones de dólares al año para los países en desarrollo. La utilización de los paraísos fiscales por parte de grandes empresas para reducir su contribución fiscal se ha convertido en un problema sistémico. «No son solo unas pocas manzanas podridas, sino una práctica generalizada», denuncia Oxfam, en diferentes sectores económicos como las industrias extractivas o los sectores textil, financiero o tecnológico. Nueve de cada diez de las empresas más grandes del mundo están presentes en al menos un paraíso fiscal.

«Las empresas multinacionales y las élites económicas juegan con unas normas distintas al resto, aprovechando todos los resquicios posibles para evitar pagar lo que es justo. El hecho de que 188 de las 201 mayores empresas estén presentes en al menos un paraíso fiscal es un indicador claro de que es hora de actuar. Es una responsabilidad de los gobiernos evitar esta elusión fiscal masiva, y es responsabilidad de las empresas no utilizar los resquicios legales para aumentar sus beneficios sin pagar impuestos», expone José María Vera, director general de Oxfam Intermón.

De hecho, el 30% del patrimonio financiero de África se encuentra en paraísos fiscales, lo que hace perder al continente al menos 14.000 millones de dólares al año en impuestos no recaudados. Esta cantidad sería suficiente para garantizar la atención sanitaria a madres y niños, lo cual podría salvar la vida de cuatro millones de niños al año, y permitiría contratar a profesores suficientes para escolarizar a todos los niños y niñas africanos.

En Latinoamérica, la región más desigual del mundo, la evasión y elusión fiscal es también una de las causas que favorecen la extrema concentración de riqueza. Se ha estimado que ,solo en el 2014, la evasión en el impuesto sobre la renta y los beneficios empresariales costó a Latinoamérica el equivalente al 4% del PIB bruto de toda la región, más de 175 mil millones de euros.

Por eso Oxfam hace un llamamiento para acabar con la era de los paraísos fiscales como un paso fundamental para reducir la desigualdad. Las medidas que se han tomado hasta ahora han sido insuficientes, por eso es hora de poner en marcha un gran compromiso para recuperar el dinero que no ves.