Casi 1.000 millones de personas viven con menos de 1,25 dólares al día en el mundo. En Europa, 116 millones de ciudadanos, esto es, una cuarta parte de la población de la Unión Europea, viven amenazados por la pobreza. Solo en España, este número alcanza la cifra de 12,3 millones de personas. Mientras que son 200.000 los aragoneses que viven en situación o en riesgo de pobreza o de exclusión social.

Hoy, 17 de octubre, se conmemora el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Ante esta situación, y con el objetivo de ofrecer una radiografía actualizada del impacto de la pobreza y la exclusión social en España y sus comunidades autónomas, la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN España), de la que la Red Aragonesa de Entidades Sociales para Inclusión es su representante en Aragón, presentó ayer en el Senado su informe El Estado de la Pobreza. Seguimiento del indicador de pobreza y exclusión social en España 2008 - 2017. En este documento se muestran los cambios registrados en el número de personas que se encuentran en esta situación mediante el estudio de la evolución del indicador AROPE (las siglas en inglés de en riesgo de pobreza y/o exclusión) entre los años 2008 y 2017. El indicador AROPE y sus componentes están calculados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV).

El dato más destacable de este informe es que la pobreza es sensiblemente inferior en Aragón que en el conjunto del país. En España, 12,3 millones personas, el 26,6% de la población, se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social. El indicador AROPE disminuye 1,3 puntos porcentuales con respecto al año anterior, lo que supone unas 600.000 personas menos.

Pero, a pesar de que la pobreza desciende en España por tercer año consecutivo, se mantiene en cifras notablemente elevadas, y hay colectivos que no perciben dicha mejoría. Se trata de las 791.726 personas que se encuentran en la peor situación económica y social posible, el 1,7% de los españoles. Este grupo de población sufre los tres factores que integran la tasa AROPE: baja intensidad de empleo, riesgo de pobreza y privación material severa.

Entre tanto, frente a ese 26,6% de España, en Aragón es el 15,8% de la población el que está en riesgo de pobreza o exclusión social. En términos absolutos, esto supone unos 200.000 aragoneses. Pero estas cifras no permiten echar las campanas al vuelo. La tasa AROPE se mantiene aún 1,2 puntos porcentuales por encima de la que Aragón registraba en el año 2008, lo que supone un incremento del 25% si se compara con el año de inicio de la crisis.

Pese a ello, en el último ejercicio, la tasa se ha reducido casi tres puntos porcentuales y esta evolución posiciona a Aragón como la cuarta región con más baja tasa AROPE, solo por detrás de sus vecinas Navarra, La Rioja y País Vasco.

Esta vecindad de las comunidades con menor tasa AROPE no es casual. De hecho, se puede trazar una línea recta que divida a España en dos mitades. Las comunidades que se encuentran al norte -Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña, La Rioja, Castilla y León y la Comunidad de Madrid- conservan bajas tasas de pobreza y exclusión social, entre dos y trece puntos porcentuales por debajo de la media nacional. Y, por el contrario, aquellas situadas al sur de la comunidad madrileña -Extremadura, Castilla-La Mancha, Valencia, Murcia, Andalucía, Canarias, Ceuta y Melilla- las mantienen muy altas, entre cuatro y diecisiete puntos porcentuales por encima de la media nacional.

Las diferencias entre regiones pueden llegar hoy a suponer más de 30 puntos. Y se han incrementado en el última década. La desigualdad entre el norte y el sur, medida por la variación porcentual de la tasa AROPE, aumentó en un 36,1% desde el año 2008.

Entre Aragón y España, las diferencias se agudizan si nos vamos al extremo. Se trata de las personas que viven en una situación de privación material severa, aquella en la que se encuentran quienes presentan cuatro de estos nueve indicadores: incapacidad de afrontar un gasto imprevisto (de al menos 650 euros); no pueden salir de vacaciones una semana al año; retrasos en el pago de la hipoteca o alquiler en el último año; no comen carne, pollo o pescado dos veces por semana; no pueden mantener su casa a la temperatura adecuada; no tienen lavadora; no tienen televisión; no tienen teléfono; no tienen coche.

La privación material severa alcanza al 5,1% de la población española, lo que supone algo más de 2,3 millones de personas. A pesar la reducción experimentada desde el 2015, aún es muy elevada y llega a unas 700.000 personas más que en el año 2008.

En cambio, en Aragón, las cifras de privación material severa están muy por debajo de los valores nacionales. En el año 2017, el 0,5 % de los aragoneses (6.000 personas, 32.000 menos que el año anterior) vivía esta situación, frente al 6,9% de la población española. En los tres últimos años se produjo en la región una intensa disminución de la tasa de carencia material severa, que la llevó a los valores extraordinariamente bajos que se registraban en el año 2008. Además, Aragón es la segunda comunidad con la tasa más baja, con valores muy levemente inferiores a los de Navarra.

En el 2017, la tasa de pobreza severa (medida con un umbral del 30% de la mediana de la renta española) fue en Aragón del 2,4%, 4,5 puntos bajo la media nacional, solo superior a Cantabria y La Rioja. En el último año, al contrario de lo que sucedió con la tasa de pobreza general, que se redujo en el 15,3%, la pobreza severa se mantuvo, lo que puede interpretarse como que al grupo más desfavorecido le fue mucho peor que al resto de las personas pobres, cuya tasa se redujo 2,4 puntos.