La Feria del Mercado Social de Aragón se ha desarrollado este año bajo el lema Consumo que suma. Un mercado para transformar el mundo. Y es que, además de los principios básicos de la economía social y solidaria de igualdad, sostenibilidad y cooperación, y la apuesta por reinvertir los beneficios en la mejora de las empresas y en sus trabajadores, el mercado social es un consumo que suma otros valores. «Son productos que se adquieren sabiendo que son de gran calidad, que están muy cuidados tanto en sus procesos como en materias primas o que proceden de comercio justo», explica Daniel Rabanaque, coordinador de comunicación de la feria y de REAS Aragón.

Sin duda, una serie de atributos que cada vez convencen a más consumidores en busca de un plus de calidad que no encuentran en los supermercados o en las grandes superficies.

En esta octava edición, la feria coincidió también tanto en fecha como lugar con otra cita de referencia para quienes apuestan por una alimentación saludable y sostenible: la Muestra Agroecolóigica de Zaragoza, un punto de encuentro entre agricultores y agricultoras locales y la ciudadanía que permite recuperar el contacto entre ambas partes. así como facilitar el consumo de alimentos ecológicos, de proximidad y de temporada.

Otro de los sumandos de la octava edición de la Feria del Mercado Social ha sido el décimo aniversario de La Ciclería, «uno de los motores de la red de economía social y solidaria» en Zaragoza, indica Rabanaque.

Este centro de promoción de la bicicleta lleva diez años ofreciendo a los aficionados a este medio de transporte una amplia carta de servicios, como cursos de mecánica, taller de autorreparación, cafetería, alquiler o aparcamiento, que lo han convertido en referencia «Creemos en un tipo de economía diferente en el que el centro son las personas. Nuestra forma de trabajo y de tomar decisiones es siempre horizontal. Somos seis socios y la gestión y el reparto de beneficios se realiza de forma igualitaria», explica Mer Cruz, una de las socias.

«Trabajamos con la idea de que en la forma de hacer economía lo importante no solo es el dinero sino la forma en la que nos relacionamos. «Creemos en una economía diferente en la que hay equidad, responsabilidad en el consumo y colaboración en lugar de competencia. Creemos que el mundo puede ser transformado en algo mejor», añade Cruz.