Más de las tres cuartas partes de los refugiados y solicitantes de asilo nicaragüenses en Costa Rica pasan hambre y comen solo una o dos veces al día como resultado del impacto socioeconómico de la pandemia de covid-19. Al ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, le preocupa que esto pueda generar retornos en condiciones adversas. Antes de la pandemia, solo el 3% de los refugiados comía una vez al día o menos, mientras que ahora le ocurre al 63%, según una evaluación humanitaria realizada por ACNUR en julio y agosto con el objetivo de ayudar a las autoridades costarricenses a atender las necesidades de más de 81.000 nicaragüenses que han buscado protección en el país.