Medicusmundi ya estaba en Ruanda antes de las grandes matanzas de los hutus contra los tutsis en los años 90, «y fuimos una de las pocas organizaciones que quedamos después», recuerda Carlos Mediano, presidente de esta federación internacional de oenegés. Hasta el 10 de febrero, el Colegio de Médicos de Zaragoza alberga una exposicíon fotográfica dedicada «a ese país que en Medicusmundi llevamos en nuestro corazón desde hace tanto tiempo», añade el doctor Mediano.

Tal y como señala la responsable de comunicación de Medicusmundi en Aragón, Maite Muñoz, «son 22 fotografías correspondientes al primer viaje de sensibilización y conocimiento de la realidad de Ruanda», realizado por la organización en el 2016. Las imágenes ayudan a introducirse en el país, primero, de manera más general, a través del paisaje, de los lagos o de las colinas «para conocer cómo se organizan, la importancia de la religión… Y llegar hasta el hospital de Nemba, a toda esa parte de trabajo sanitario que Medicusmundi lleva a cabo desde hace muchos años», explica Muñoz.

El pasado lunes, con ocasión de la inauguración de la exposición fotográfica, Carlos Mediano ofreció una conferencia en la que avanzó los futuros retos de la salud mundial. El mayor, asegura, será «fortalecer los sistemas públicos de salud y trabajar la atención primaria de forma horizontal», es decir, teniendo en cuenta la opinión de la población sobre su sistema sanitario. El segundo gran desafío global será, para este médico y cooperante, «incidir sobre las grandes políticas sanitarias mundiales para lograr que la gobernanza mundial de la salud esté por encima de los intereses comerciales, así como extender la cobertura sanitaria universal, trabajando de manera integral e integrada».

Esto último entronca con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, cuya filosofía implica tener en cuenta cómo el cumplimiento de cada una de estas 17 metas afecta a las demás. «En en el sector sanitario vamos a tener que diferenciar entre salud y sanidad. La segunda es la parte más médica, el modelo del sistema. Pero la salud es un concepto más amplio e interdisciplinar, y le afectan otras muchas dimensiones: alimentación, vivienda, contaminación… Si me preguntan cuál es el mayor condicionante de la salud, yo respondo que es la economía», asegura Mediano.

Este médico zaragozano, que lleva más de 30 años trabajando en en Medicusmundi, es desde el pasado mes de mayo el presidente de esta red internacional de oengés. Tres décadas en las que, según él, la cooperación internacional ha ido perdiendo el carácter «asistencialista» que tenía en los años 80. «Lo que se pretendía en ese momento era dar asistencia a unas personas que tenían unas necesidades. Por ejemplo, en salud, la prioridad era crear hospitales porque no había infraestructuras».

Poco después se empezó a abordar la atención primaria, «que suponía una pequeña vuelta de tuerca, pues ya se empezaba a hablar de que la comunidad tenía que participar. Ya no se trataba solo de ir a ayudar, sino que primero había que escuchar a la gente, cosa fundamental para valorar las necesidades de cada población», opina.

Pero «el gran cambio en la cooperación llegó con la globalización», asegura el doctor Mediano. «Nos dimos cuenta de que prácticamente todo provocaba un efecto mariposa. Y eso se ha visto de manera muy clara con enfermedades como el ébola. Ya se conocía en los años 70, pero nadie se preocupó de él». Tuvieron que pasar 23 epidemias hasta que una tuvo repercusión internacional, «porque hasta entonces el mundo no estaba tan globalizado, ni la información ni la movilidad de las personas».

Dicho de otra forma, Europa no se preocupó del ébola hasta que no lo tuvo a sus puertas. «Cuando se vio que era una amenaza global, en apenas dos años estamos ya en vías de encontrar una solución, mediante vacuna o tratamiento», incide.

Viviéndola desde dentro, Carlos Mediano ha visto estas tres décadas de cooperación española «como una montaña rusa, porque hace 30 años estaba prácticamente en pañales». Recuerda que «hubo un gran boom con el fenómeno del 0,7%, y ese estallido social se fue manteniendo. Pero la crisis económica provocó que tanto los ciudadanos como las instituciones pasasen a considerar la cooperación al desarrollo como una política prescindible».

Sin embargo, entre un momento y otro, la cooperación española había dado un paso de gigante hacia delante. «Ya no solo en términos económicos, porque se multiplicó el presupuesto», señala Mediano. «La cooperación descentralizada española se convirtió, y sigue siendo, a pesar de los recortes, en un modelo de referencia a nivel internacional», afirma. España llegó a superar los 5.000 millones de euros anuales en ayuda oficial al desarrollo, incluyendo la inversión del Gobierno central y de administraciones autonómicas y locales. «Y ahora estamos en mil y pico millones».

A pesar de las estrecheces presupuestarias, en opinión de este médico, este país cuenta con una importante baza en materia de cooperación en salud. Y es su modelo de sistema sanitario, a juicio de Mediano «uno de los mejores del mundo». El presidente de Medicusmundi sabe que «no se puede exportar un sistema de salud igual que un televisor. Pero sí que se puede poner en perspectiva, adaptarse a cada realidad y plantear un modelo similar para otros países en un plazo de 15 o 25 años». Tenemos los conocimientos y el personal. Solo falta el dinero.