Ojalá el 2017 sea mejor que el 2016. Ojalá los países ricos despierten de su letargo y hagan frente a las necesidades de las personas más vulnerables. En Oxfam Intermón deseamos (y trabajamos por) una Siria sin guerra y por el respeto de los derechos de las personas refugiadas sirias. Pedimos una comunidad internacional responsable y humana que acoja a quienes huyen del terror, una Europa que no sea fortaleza y una España comprometida con la agenda internacional y la realidad de millones de personas.

Cerramos un 2016 lleno de trágicas imágenes, de rostros perdidos en el mar Mediterráneo, de la bellísima ciudad de Alepo reducida a escombros, bombardeo tras bombardeo, perdiendo así miles de vidas, miles de nombres y apellidos, y con esas imágenes del poder que todo lo puede: la esperanza. Un año lleno de caminos eternos de barro y frío con siluetas de valientes supervivientes balanceándose de un lado a otro con paso lento, pero decidido; y un solo destino anhelado: la paz en Europa.

A cambio, Europa, esa diosa que tantos buscan conocer, no ha estado a la altura. España, por su parte, ha suspendido estrepitosamente. La excusa del desconocimiento no vale. En los últimos 6 años, Siria ha estado presente a diario en todos nuestros desayunos. Las terroríficas cifras que se hundían en el Mediterráneo y que ascendían con cada impacto de metralla nos han acompañado en las comidas; y el grito de una ciudadanía comprometida ejemplar nos ha interpelado en las cenas en familia.

Querer es poder. Un informe de Oxfam Intermón grita a los que no quieren oír, a los que esperan en sus despachos para activar los procedimientos, a esos países ricos que han reasentado a menos del 3% de la población siria refugiada y que en este 2016 no han estado a la altura. Personas refugiadas que hoy viven en países colapsados como Jordania o Líbano, que a pesar de acoger a la inmensa mayoría de estas personas, no pueden más. Acogen a 5 millones de personas refugiadas de las que un 10% se encuentra en necesidad urgente de ser reasentada, y ni un 3% está encontrando refugio en los países más prósperos del mundo. ¡Qué vergüenza! Falta querer.

¿Y España? España, que podría reasentar a más de 16.000, apenas ha asumido un compromiso de más de 1.500, y solo han llegado de facto a nuestro país 289 personas refugiadas sirias. Acuerdos injustos que mercadean con las vidas de los más vulnerables, entorpeciendo vías legales y seguras y obstaculizando esperanzas con torres de lenta burocracia. Así se ha portado España en el 2016.

Son familias enteras, son mujeres y son hombres, son niñas, son ancianas, son discapacitadas... ¡Son personas! Esta España insolidaria nos da vergüenza. Vergüenza de abandonar a su suerte a miles de personas refugiadas sirias que estas navidades podrían pasarlas en otro lugar, bajo otro cielo, con otra luz, pero con lo esencial: la paz.

Por un 2017 más justo, humano y responsable.