Este sábado, 9 de febrero, el telón del Centro Cívico Río Ebro de Zaragoza se levantará para dar la bienvenida a la compañía Actores SinSentido, que presentará la obra Parejas, parejos y desparejos, dirigida por Nuria Herrero. Se trata de una divertida comedia interpretada por Cristina Villalba, Daniel Carrión, Harold Simmons, Francisco Javier Sáenz, María Jesús Garrido, Ramón Sorribas y Virginia Jiménez. Las entradas tienen un coste de seis euros y todo lo recaudado se donará a la oenegé zaragozana Kumara Infancia del Mundo, que lo destinará al sostenimiento de la casa de acogida Nepal Ashahaye Balghar, situada en Katmandú.

En Nepal Ashahaye Balghar se acoge a menores huérfanos o abandonados y, en ocasiones, también a niños y niñas que tienen familia pero que es tan pobre que no puede ocuparse de su cuidado. Con esta actuación se consigue, entre otras cosas, que estos menores puedan disfrutar de la infancia de la que, de otro modo, seguramente habrían sido privados, como les ocurre a miles de niños en Nepal.

Y es que, tal y como indica Montserrat Sanz, vicepresidenta de Kumara Infancia del Mundo, el fenómeno de los niños de la calle está tristemente extendido en este país, uno de los más pobres del mundo, que está enclavado entre los dos gigantes asiáticos, China e India. «Además, este problema se agravó con el terremoto del año 2015, que arrasó gran parte de Nepal y dejó en la calle a muchas familias, especialmente a las más pobres, que perdieron sus casas. Y que dejó también huérfanos a un gran número de niños».

Muchos de estos menores han acabado malviviendo sin tan siquiera un techo bajo el que refugiarse. Este fenómeno puede verse en toda su crudeza en las grandes urbes del país, como Katmandú, donde se ubica la casa de acogida Nepal Ashahaye Balghar, que se sostiene íntegramente con las aportaciones de Kumara. «Es muy duro ver a estos niños pidiendo limosna, rebuscando entre la basura o esnifando pegamento», relata Montserrat, que viaja asiduamente a Nepal para visitar los proyectos de su oenegé.

Mejor suerte han corrido los diecinueve menores que en estos momentos viven en la casa de acogida Nepal Ashahaye Balghar. En ella se lleva a cabo un programa de desarrollo integral. Allí se les da cariño y seguridad a estos niños y adolescentes y se cubren todas sus necesidades materiales. Se les proporciona alojamiento y manutención, asistencia sanitaria y ropa. Y también se les brinda una oportunidad fundamental para su futuro: el acceso a una buena educación bilingüe en inglés, lo cual les permite continuar con sus estudios superiores y aspirar a un buen trabajo, que es lo que les permitirá salir del círculo de la pobreza en el que se vieron inmeros sus progenitores. Estos chicos y chicas reciben mucho estímulo para estudiar y viven como una gran familia.

Kumara Infancia del Mundo tiene un vínculo con la casa Nepal Ashahaye Balghar desde el 2004, el mismo año en que esta organización humanitaria fue fundada por un grupo de zaragozanos solidarios que, por distintos motivos, mantiene una estrecha relación con Indida y Nepal. En aquel momento, Kumara ayudó a poner en marcha la casa. Y después, en muchas ocasiones, ha tenido también que ayudar a mantenerla. Por ejemplo, tras el terremoto del 2015, la organización y sus donantes tuvieron que hacer un esfuerzo extra para reparar las instalaciones dañadas por el seísmo. Entre otras consecuencias, el edificio se llenó de grietas y hubo que consolidar su estructura. La Diputación Provincial de Huesca contribuyó a costear parte del importe de estas reparaciones.

Hasta el año 2010, la casa Nepal Ashahaye Balghar, al igual que la mayoría de los orfanatos del país, se autofinanciaba con el dinero que obtenía con los trámites de las adopciones internacionales de los niños que acogía. Pero en el Gobierno reformó, «con buen criterio», según Montserrat Sanz, la legislación al respecto para garantizar que no era dado en adopción ningún menor que no fuera realmente húerfano o que no hubiese sido abandonado.

Pero la contrapartida de esta ley necesaria fue que se cerró la principal vía de financiación de los orfanatos. Desde entonces, la totalidad de los gastos de Nepal Ashahaye Balghar son sufragados por Kumara Infancia del Mundo, aunque la casa cuenta con ayudas puntuales de otros donantes privados, como es el caso de una oengé italiana.

Además de las donaciones puntuales y de la colaboración de los socios de Kumara a través de sus cuotas, los apadrinamientos son hoy por hoy el principal sostén de la manutención de los niños de la casa. El gasto anual de un menor en la casa Nepal Ashahaye Balghar es de 960 euros, lo que incluye todas sus necesidades alimentarias y materiales, su educación en inglés, el material escolar y la asistencia sanitaria.

Pero, como en Kumara entienden que esos 960 euros pueden ser un gasto excesivo para un solo padrino, ofrecen otras fórmulas para poder contribuir a esta gran labor de manera más asequible. Por ejemplo, asegurar la nutrición de uno de estos niños cuesta 20 euros al mes; alimentación y colegio, 40; si a esto se suman los gastos de alojamiento, el total son 60 euros mensuales; y el apadrinamiento total, que incluye gastos de personal y medicamentos, son 80 euros al mes, esto es, 960 anuales.

En estos momentos, en Nepal Ashahaye Balghar este año están pasando dificultades para conseguir el mantenimiento de la casa de acogida porque en el 2018 entraron cuatro niños nuevos y eso conlleva contratar más personal y buscar padrinos para ellos. Además, en la casa todavía tienen habitaciones libres, hasta completar sus 35 plazas, por lo que les encantaría poder acoger a más menores, sacándolos de las calles y brindándoles una nueva oportunidad. «Pero para eso necesitamos más padrinos», recalca Montserrat.