El próximo día 6 de febrero se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Tolerancia cero frente a la mutilación genital femenina, práctica definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como toda intervención que conlleve la extirpación parcial o total de los genitales externos de la mujer con fines culturales u otros, y no con fines terapéuticos.

La mutilación genital femenina una práctica cultural nociva llevada a cabo en 30 países de África y Oriente Medio que afecta a 200 millones de mujeres y niñas en todo el mundo. Este tipo de intervenciones vulneran derechos humanos de las niñas y las mujres, tales como el derecho a la salud, a la salud sexual y reproductiva, a la integridad física e incluso, en ocasiones, el propio derecho a la vida. Esta práctica hunde sus raíces en la desigualdad de género, siendo considerada una forma extrema de violencia contra las mujeres.

Desde la organización no gubernamental Médicos del Mundo llevamos muchos años luchando en la prevención y erradicación de la mutilación genital femenina. En todo este tiempo, con nuestro trabajo hemos conseguido aumentar el acceso a la información, la reflexión y el empoderamiento de familias procedentes de países de riesgo, incorporando mediadoras y mediadores interculturales como figuras imprescindibles para alcanzar nuestros objetivos, así como una mayor sensibilización y conocimiento de esta práctica por parte de la población en general.

Los objetivos de desarrollo sostenible para 2030 incluyen entre sus metas la eliminación de la mutilación genital femenina. Todo parece indicar que el compromiso de la comunidad internacional para poner fin a la ablación es más fuerte que nunca.

A pesar de todos estos logros y de la implicación de las administraciones públicas en la lucha contra esta práctica, todavía cabe un mayor compromiso por parte del Estado como garante del derecho a la salud de todas las personas. Es por ello que desde Médicos del Mundo reclamamos a las administraciones la puesta en marcha de medidas que garanticen la asistencia integral a las mujeres supervivientes de esta práctica, incluyendo el apoyo psicológico y sexológico, así como la reconstrucción genital, si estuviese indicada, dentro de la cartera de servicios del sistema sanitario.

Gracias a las diferentes actividades de sensibilización que se llevan a cabo con motivo de la celebración del 6 de febrero, por un día, la mutilación genital femenina adquiere una mayor visibilidad. Esa visibilización contribuye a que el conjunto de la sociedad sea más consciente de que es necesario seguir trabajando para conseguir su erradicación. Pero la lucha contra esta forma de violencia de género se ha de llevar a cabo día a día, de manera constante y con la implicación real y el compromiso firme por parte de los poderes públicos y de las comunidades implicadas.