La Fundación Más Vida llevaba un año inmersa en un proyecto de sensibilización denominado Delito invisible, explotación laboral y consumo, cuando la crisis del covid-19 puso su ejecución en estado de letargo. Una de las actividades previstas era una exposición fotográfica, que iba estrenarse esta semana, y algunas de cuyas imágenes ilustran este reportaje.

Parte de este proyecto forman también iniciativas como un taller de elaboración de podcasts radiofónicos, donde los jóvenes son los protagonistas de la sensibilización y denuncia de la explotación laboral infantil. O un taller de teatro comunitario que se celebró para promover el consumo responsable sin explotación infantil.

A través de centros de tiempo de libre y de organizaciones que trabajan con la juventud, como YMCA o los Scouts, la Fundación Más Vida ha estado organizando jornadas formativas bajo el título de Una hora contra la explotación laboral infantil.

Y también continúa desarrollando una campaña de sensibilización que incluye una página interactiva (https://www.fundacionmasvida.org/ESCI-consumo/) para concienciar frente al consumo que incluye explotación de menores. En la web puede verse la habitación de un adolescente. Al pinchar sobre objetos como el móvil o una toalla, un enlace a audiovisuales informa sobre la mano de obra infantil que hay detrás de su fabricación.

El proyecto Delito invisible, explotación laboral y consumo forma parte del plan estratégico que el área de Cooperación y Educación para el Desarrollo de la Fundación Más Vida viene desarrollando en desde el año 2012, centrado en la lucha contra la explotación laboral y sexual de niños y adolescentes. La organización afronta este fenómeno desde la corresponsabilidad global del problema, visualizando y abordando cada una de las diferentes manifestaciones de la explotación infantil.

Dentro de esta línea de trabajo, la oenegé ha desarrollado diferentes proyectos orientados a la prevención del trabajo de los menores en Nicaragua y República Dominicana, mediante proyectos de cooperación al desarrollo subvencionados por el Ayuntamiento de Zaragoza y el Gobierno de Aragón. Así mismo, ha trabajado la sensibilización y la educación para el desarrollo y la ciudadanía global en la comunidad autónoma, con proyectos financiados por consistorios como los de Zaragoza, Casares o Huesca, y el por el Ejecutivo aragonés.