En torno al 1 de Mayo, Día del Trabajo, la Coordinadora de Centros y Servicios para personas sin hogar de Zaragoza (Hermandad del Santo Refugio, Cruz Roja Zaragoza, Cáritas Diocesana de Zaragoza, Centro Social San Antonio, Centro de día El Encuentro de la Fundación La Caridad, Centro de día y consigna San Blas, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, Obra Social Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y Fundación Cruz Blanca, y como entidad invitada el albergue municipal) quisimos «visibilizar la complicación añadida que la situación de exclusión residencial grave -es decir encontrarse sin hogar-, supone para acceder a un empleo». A tenor de esas dificultades que las personas sin hogar encuentran en su día a día a la hora de buscar empleo, la coordinadora creó en 2017 un dispositivo específico de acompañamiento en la búsqueda de empleo, en colaboración con la Asociación Yacarandar, denominado Taller de empleo.

Durante este tiempo en el que ha venido funcionando, el Taller de empleo, cuya puesta en marcha contó con el apoyo de la Fundación Caja Inmaculada, ha superado con creces las expectativas depositadas, logrando motivar, empoderar, des estigmatizar... a las personas acompañadas favoreciendo su regreso al mundo laboral.

Con el objetivo de dar a conocer este dispositivo se realizó un audiovisual para lo que nos pusimos en contacto con Antonio Charles Pallarás, quien amable y desinteresadamente, accedió a dirigir el documental Taller de empleo estrenado en la jornada, en el contexto de la celebración del Día del Trabajo, por la coordinadora el pasado 30 de abril en el Centro Joaquín Roncal. Además del documental, presentado por el propio director, se desarrolló una mesa redonda sobre El Empleo y las personas sin hogar con la participación de Marisa Esteve, responsable de AREI; Francisco Galán, coordinador del Programa Incorpora Aragón; Carolina Casado, psicóloga de Yacarandar, responsable del Taller de empleo; y José Antonio Ben, usurario del taller. Participaron en dicha jornada unas 67 personas.

Sin duda, el empleo es el soporte, el «insertor natural» que da estabilidad, pero el mercado laboral cambiante, en constante movimiento, expulsa a algunas personas, dado que no hay empleo para todas y además no siempre este es de calidad. Buscar empleo supone un gran trabajo. Más para quien sufre exclusión residencial.

La temporalidad en el empleo, la búsqueda de empleo, etc., dejan tiempo. Tiempo de «no empleo» que puede utilizarse para «formarse para el empleo», más general, más global que «formarse para un empleo», apelando a un aprendizaje integral, personal, humano... que servirá, además, para el empleo. Este «tiempo de no empleo” ofrece, también, oportunidad para ocio y tiempo libre, igualmente formación personal.

Partir de las potencialidades de la persona, de la Imprescindible motivación complementada con creatividad, imaginación, preparación, adecuación al puesto... «competencias» posibilita «el milagro» del empleo.