Sara Fernández, de Haro (La Rioja); Pablo Pérez, de Tudela (Navarra); y Julia Morer, Paloma Heras y María Pedrosa, de Zaragoza, están cursando 3º de Ingeniería de Diseño Industrial y Desarrollo de Producto en la Universidad de Zaragoza.

Aparte de ser «muy amigos y casi vivir juntos», como comenta María Pedrosa, estos cinco compañeros de clase llevan tres años trabajando juntos en distintos proyectos. Y todo hace indicar que esa colaboración va a trascender su etapa universitaria.

El más importante fruto de esta unión se llama Musense, un dispositivo que han desarrollado para que las personas con discapacidad auditiva puedan sentir la música, no a través del oído, sino mediante vibraciones distribuidas por todo el cuerpo.

Para acercar Musense al público, han creado un servicio único que aporta una experiencia mucho más completa fundamentada en tres modos de aplicación.

El primero se basa en el disfrute de la música per se; ya sea de forma individual o en grupo, en casa o en cualquier otro lugar. De esta manera, Musense se puede conectar al teléfono móvil y acceder a una biblioteca digital donde están almacenados todos los temas que el equipo ha programado para que el usuario los pueda disfrutar en cualquier momento.

En el siguiente modo, ofrecen su servicio a organizaciones y colegios especializados, dentro del ámbito de la rehabilitación. Esto está fundamentado en metodologías existentes que utilizan los ritmos musicales en la reeducación del oído y del habla. También lo dirigen a familias, ya que la comunicación y comprensión dentro de las mismas es muy importante para el desarrollo personal.

Y en tercer lugar, ofrecen su producto a teatros y auditorios para sus espectáculos, para que puedan traducirlos a vibraciones y así, las personas con la discapacidad puedan disfrutar de la obra de forma más directa y personal.