Uno de los objetivos de la Cátedra de Cooperación para el Desarrollo de la Universidad de Zaragoza, desde su creación, es generar un ámbito de reflexión e investigación sobre este campo. No es un tema menor, y es que los problemas del desarrollo, tanto a nivel global como local, precisan de un proceso previo de investigación que indague sus causas y determine sus elementos, para poder llegar a la propuesta de soluciones reales y con posibilidad de éxito.

Este proceso debe fundamentarse en las siguientes bases. En primer lugar, se precisan alianzas sólidas con grupos o instituciones locales que permitan entender la complejidad de las sociedades con las que se va a cooperar. Nuestra preferencia se decanta por la sociedad civil organizada, ya convencida de la necesidad de acciones de desarrollo, con profundas raíces en el territorio y experiencia en iniciativas propias de desarrollo.

En segundo lugar, se requiere una visión global sistémica de los problemas de la comunidad que deberán ser abordados necesariamente por un equipo interdisciplinario. Una comunidad, por pequeña que sea, es un sistema complejo cuyos diferentes elementos están totalmente interrelacionados entre sí, y con el medio ambiente, creando relaciones de mutua dependencia.

Una aproximación individual olvida todas estas interrelaciones. Y las soluciones que ofrezca, probablemente, resultarán parciales o incluso podrán generar nuevos problemas. La complejidad de estos sistemas es tan grande que deben ser estudiados por un equipo interdisciplinario. En un plazo razonable, y siempre con la participación de la entidad local, un investigador experimentado es capaz de determinar qué aspectos de este sistema son los más relevantes, así como el diseño de la composición del equipo de investigación que tendrá que estudiarlos.

Dicho equipo deberá ser adaptativo y modificar su composición en función de las nuevas necesidades detectadas durante la identificación. Los miembros activos de la asociación local deben entrar a ser miembros del equipo de investigación, creando una comunidad de investigadores.

En tercer lugar, se precisa una constante participación, a través del diálogo, con los diferentes miembros de la comunidad. En todo momento de la identificación o de la ejecución de una propuesta de desarrollo, los miembros de la comunidad deben participar, ya sea a través de la asociación o de las instituciones de gobierno.

Finalmente, se necesita de tiempo compartido con la comunidad para crear confianza mutua a través de las relaciones personales. Y es que un proceso de desarrollo necesita tiempo y evoluciona siempre a largo plazo. De acuerdo con nuestra experiencia a lo largo de 14 años, cuando una organización de desarrollo inicia un proceso de este tipo, debe estar comprometida a permanecer durante varios años.

Seguimos convencidos de que un cambio positivo producido en un sistema social complejo (una comunidad, una ciudad o una región entera) ha llegado a través de procesos, no a través de acciones aisladas. Y ese proceso ha requerido del conocimiento y la confianza mutuos, lo que solo se forja con el paso del tiempo.

La cátedra apuesta por la investigación para poder aportar un mejor conocimiento de los problemas del desarrollo y de cómo abordarlos.