Médicos del Mundo trabaja, gracias a la financión de la Diputación Provincial de Zaragoza, trabaja en ocho comunidades beduinas de Palestina: Abu Nuwar, Hizma, Anata, Beit Hanina, Deir al-Qilt, Khan al-Ahmar, Al Jiftlik y Fasayel. De todas ellas, cabe destacar el trabajo realizado en Khan al-Ahmar. La orden de demolición que pende sobre numerosas viviendas ha puesto el foco de la atención internacional sobre esta comunidad en concreto. Esa presión exterior, a la que Médicos del Mundo ha contribuido de forma activa, ha conseguido una congelación del proceso de derribo.

«Numerosas familias beduinas se enfrentan a amenazas de desahucio y demolición», explica Marco A. Velasco, coordinador de Médicos del Mundo en Jerusalén. Esta situación «no solo tiene un impacto en la habitabilidad básica y la economía familiar, sino también en el bienestar psicosocial y en el derecho a la salud», explica.

A lo largo del 2018 también se produjeron diversas demoliciones en Abu Nuwar, que afectanron incluso a escuelas. Tanto sobre esta comunidad como sobre la citada de Khan al-Ahmar pesan varias órdenes de demolición masiva. «La población beduina de dichas comunidades, con apoyo de multitud de organizaciones civiles, intenta por todos los medios legales detener el avance de las demoliciones», señala Velasco.

Las órdenes de derribo implican «procesos administrativos, policiales y legales complejos, largos y llenos de incertidumbre, lo que es una fuente de estrés importante. Estos factores tienen un impacto claro en las personas más vulnerables, sobre todo las niñas y niños de las comunidades beduinas, motivo por el cual desde Médicos del Mundo también abordamos la respuesta psicosocial desde la escuela», apunta el responsable de esta organización humanitaria en Jerusalén.

Los Acuerdos de Oslo de 1993 lograron un hito sin precedentes, ya que establecían las bases para un acuerdo duradero y justo entre el Estado de Israel y Palestina. El primer paso para acabar con la ocupación se basaba en limitar la administración temporal de algunas zonas de Cisjordania por parte del Estado de Israel. Sin embargo, aquella situación temporal se ha cronificado, facilitando la construcción de colonias israelís en Cisjordania, contrarias al Derecho.

Por lo tanto, el desplazamiento de población beduina palestina es cuestionable desde un punto de vista del Derecho Internacional Humanitario.