La obra social la Caixa se compromete a ayudar a erradicar la pobreza en los países de renta baja de África, Latinoamérica y Asia. Por ello, desde su área internacional, apoya iniciativas que contribuyan a mejorar sustancialmente las condiciones de vida de las poblaciones más vulnerables de los países en desarrollo.

Con el fin de incrementar el impacto de estas intervenciones, la fundación bancaria colabora con los principales actores del desarrollo internacional, como Naciones Unidas, con quienes lleva a cabo el proyecto de difusión de los ODS que ahora se muestra en CaixaFórum Zaragoza.

Pero esta no es la única acción del área internacional de la obra social la Caixa. Otra de sus iniciativas es el programa de voluntariado internacional CooperantesCaixa, que la fundación bancaria impulsa desde hace más de una década.

CooperantesCaixa impulsa el voluntario técnico de sus mejores profesionales que trabajan durante sus vacaciones en proyectos socioeconómicos en países en vías de desarrollo. Los cooperantes se incorporan a proyectos de continuidad sobre el terreno.

Este pasado verano, en el que se celebraba la undécima edición de este programa, 41 trabajadores de la fundación bancaria la Caixa fueron sido seleccionados para ser CooperantesCaixa. Durante un período máximo de cuatro semanas, se desplazaron a Bolivia, Colombia, Ecuador, Gambia, Guatemala, India, Mozambique, Nicaragua, Perú, República Dominicana y Tanzania.

Los voluntarios de la Caixa fueron escogidos tras un proceso de selección en el que se tuvieron en cuenta el perfil, la experiencia y las expectativas de cada candidato. Además, los trabajadores elegidos recibieron formación y sensibilización, aprendiendo nociones de cooperación internacional, el contexto político, económico y social del país de destino, las motivaciones y objetivos del proyecto y el trabajo específico que iban a realizar.

Este tipo de voluntariado internacional es pionero en responsabilidad social corporativa, y tiene una vocación transformadora para todos los que participan. Para la oenegé local y para la comunidad beneficiaria del proyecto, por un lado; y para el propio cooperante, por otro, ya que este vive la experiencia de unas vacaciones solidarias y productivas que tienen como objetivo mejorar las condiciones de vida de las poblaciones vulnerables de países en vías de desarrollo donde actúa la fundación.