La ciudad de Zaragoza, de la mano de su ayuntamiento, lleva más de un cuarto de siglo practicando esta solidaridad con las comunidades más desfavorecidas de países empobrecidos. Y esta colaboración ha sido un camino de ida y vuelta, a través del cual se han recibido reconocimientos y premios; soluciones ingeniosas; aprendizajes; alternativas y nuevos enfoques; conexiones con otras iniciativas; vínculos con personas y comunidades; enriquecimiento educativo y en valores; riqueza social con un entramado asociativo activo e intercultural…

Hace apenas dos meses, la Federación Aragonesa de Solidaridad lanzó una campaña, con el apoyo del Ayuntamiento de Zaragoza, en la que doce personas cuentan su experiencia en proyectos de cooperación y sensibilización. Muestran un pedazo de lo que han ganado a nivel personal o profesional, que forma parte de aquello que recibimos como ciudad.

Estas experiencias muestran una parte de esa cooperación bidireccional, en la que las comunidades y personas de ambas orillas se enriquecen de ella, de esa cooperación tan característica de lo local. Todas ellas se pueden conocer en la web aragonsolidario.org, pero aquí dejamos una muestra de tres de ellas.

El proyecto Amig@s Activ@s ha acercado la comunidad educativa nicaragüense a más de 60 centros aragoneses de Infantil y Primaria. Ha sido una experiencia de alta calidad educativa para el alumnado, reconocida entre especialistas de talla internacional y merecedora de diversos premios.

Por su parte, Toño Charles, funcionario municipal que gestiona el céntimo solidario del Ayuntamiento de Zaragoza, proyecto en el que el funcionariado dedica una parte de su salario a proyectos de cooperación, valora que la cooperación nos ofrece la posibilidad de ser responsables en un mundo global donde las soluciones a los problemas deben ser compartidas.

Carlos, Julio, Raúl y Ricardo, técnicos de Infraestructuras del ayuntamiento, explican la colaboración municipal con proyectos de abastecimiento de agua y saneamiento y cómo se enriquecieron personal y profesionalmente al recibir conocimientos y técnicas de trabajo que usan lo que hay disponible en lugar de buscar las últimas tecnologías disponibles.

Las oenegés sabemos que la cooperación al desarrollo más profunda no solo consiste en una transferencia económica o tecnológica, sino que además genera relaciones, vínculos y aprendizajes entre personas, comunidades y países. Animamos a la ciudadanía a conocer algunos ejemplos y a ser parte de ese (inter)cambio.