Convertida en la toga estrella del momento tras lograr la absolución del mayor Josep Lluís Trapero, la abogada Olga Tubau mantiene que no hay margen para revocar la sentencia, porque su relato de hechos es "irrebatible", y celebra un fallo que "rehabilita en su honor" al cuerpo de Mossos de Esquadra.

En una entrevista con Efe, Tubau confiesa sentirse algo abrumada por la expectación que ha despertado, a raíz de la decisión de la Audiencia Nacional de absolver al exjefe de los Mossos, quien se sentó en el banquillo apenas tres meses después de que la sentencia del 'procés' concluyera que el dispositivo que la policía catalana desplegó para impedir el 1-O era "a todas luces insuficiente".

La abogada dio la vuelta a la acusación -inicialmente de rebelión-, igual que hizo hace cuatro años en el juicio de Ester Quintana, la mujer que perdió un ojo por una pelota o proyectil de los Mossos, un caso en que logró la absolución de los dos policías acusados, pese a que, reconoce, "en el imaginario público y social la condena estaba ya escrita".

Tubau (París, 1961) admite la "tensión mediática" bajo la que ha trabajado durante los meses del juicio a Trapero, un asunto de una "trascendencia social y política extraordinaria para el país", pero avisa que nunca se sintió condicionada por la sentencia previa del Supremo, porque lo que se juzgaban eran "hechos y conductas radical y diametralmente diferentes".

En consecuencia, considera que no es "tan anómalo" que la sentencia del 'procés' y la de Trapero lleguen a conclusiones tan dispares respecto al papel de los Mossos el 1-O: "Al mayor se le juzgaba solo en la Audiencia Nacional, eso supone que solo se ha podido defender ahí y proponer prueba para acreditar lo que siempre mantuvo, desde el 6 de octubre de 2017".

"Un proceso intelectual irrebatible"

La letrada está convencida de que la sentencia de Trapero es difícilmente revocable y recuerda que, de acuerdo con la Ley de Enjuiciamiento Criminal que a su vez recoge la doctrina del Tribunal de Derechos Humanos, solo se puede tumbar una absolución en segunda instancia cuando la valoración de la prueba sea "absolutamente irracional o caprichosa" o porque en el juicio se hayan soslayado indicios que apuntaban en sentido opuesto.

"Los filtros son muy estrictos", razona Olga Tubau, que cree que el relato de hechos probados de la sentencia de la Audiencia Nacional es de "una minuciosidad y un detalle" tales que impiden revocar el fallo: "Es fruto de un proceso intelectual irrebatible", zanja.

En opinión de Tubau, el voto particular de la magistrada Concepción Espejel tampoco proporciona argumentos para un eventual recurso -que la Fiscalía aún no ha aclarado si presentará-, porque se limita a enumerar las pruebas que a su juicio no se han analizado, pero sin "desvirtuar su valoración ni los hechos probados". Y ese relato de hechos de la sentencia, añade, "no soportaría ni una calificación de sedición ni de una desobediencia".

Tubau evita pronunciarse sobre qué aconsejaría a Trapero ante la oferta de volver a comandar los Mossos de Esquadra, "porque es una decisión personal y profesional y en ese tipo de cuestiones las decisiones las ha tomado siempre él", pero descarta que regresar al cargo antes de que la sentencia sea firme pueda perjudicarle ante futuros recursos.

Más allá de haber devuelto el "honor profesional" a Trapero y a la intendente Teresa Laplana, "cuestionado durante estos tres años", la letrada sostiene que la sentencia "hace justicia y, desde luego, también rehabilita al cuerpo de Mossos de Esquadra, a la institución, en su propio honor".

Licenciada en Derecho en 1985, Olga Tubau se cuenta entre las pocas mujeres que han logrado hacerse un lugar en el club de las llamadas "togas de oro" de Barcelona, eminentemente masculinas, y la receta para conseguirlo no tiene más misterio que "trabajar y trabajar", explica.

Un esfuerzo que pone en escena en los juicios, con unos interrogatorios meticulosos e incisivos, aunque sin ápice de hostilidad, en los que despliega la elegancia que -con permiso por la frivolidad- también luce en su ropa: con un estilo sobrio, como el de una Audrey Hepburn quebradiza que esconde una entereza a prueba de los tribunales más fieros.

El apoyo de su pareja

Se felicita de haber tenido la "inmensa suerte" de estar casada con un médico que renunció a tener más ingresos para poder conciliar la vida familiar y que Tubau pudiera dedicarse al derecho penal, un trabajo sin horarios, con viajes en coche "arriba y abajo" y fines de semanas libres que se truncan por una guardia o una detención.

"Para una mujer siempre es más difícil ejercer una profesión liberal", comenta, pero más allá de los problema de conciliación asegura que el trato recibido por parte de sus colegas, jueces y fiscales es "absolutamente igualitario", sin que "en absoluto" se haya sentido discriminada por su género.

Su primera causa mediática

Con 37 años, lidió su primera causa mediática, representando a Segundo Marey en el juicio que desembocó en las condenas de Barrionuevo y Vera. Un caso que no olvida, como tantos otros "anónimos que no tienen nada especial", como el de un falsificador de tarjetas de créditos al que defendió y que hace días le envió una "cariñosa" felicitación por su victoria con Trapero.

Entre sus referentes, Atticus Finch, el abogado protagonista de "Matar a un ruiseñor" -en su foto de perfil cuelga un fotograma de Gregory Peck en la película de Robert Mulligan-, al que considera "una persona extraordinaria, por su actitud en la adversidad, su posicionamiento ético y su valentía contra todo un pueblo que ya ha dictado sentencia".