LAS CENIZAS de la etarra Oihane Errazkin, que se suicidó el jueves en una cárcel francesa, fueron aventadas ayer por sus familiares en el puerto de San Sebastián. Al acto, que se desarrolló sin incidentes y sin presencia policial, asistieron varios cientos de personas que portaban ikurriñas con crespones negros y profirieron gritos a favor de ETA.