Apenas tres horas después de que las asociaciones de víctimas del terrorismo comparecieran ante la comisión del 11-M, José Luis Rodríguez Zapatero anunció en el Congreso que mañana nombrará un alto comisionado para coordinar la atención a las víctimas. El elegido para el cargo es el socialista Gregorio Peces-Barba, rector de la Universidad Carlos III de Madrid, que no cobrará por sus funciones ni abandonará la universidad. Mariano Rajoy compareció minutos después para aplaudir la iniciativa del Gobierno, aunque reconoció que al PP no se le había consultado.

"Que ninguna víctima se sienta lejos y distante de la Administración y los poderes públicos ni un solo día". Ese es el propósito que mueve la iniciativa del Gobierno, explicó Zapatero, quien se lo comunicó personalmente a la portavoz de los afectados por el 11-M en cuanto terminó su declaración ante la comisión. "Es enormemente positivo que los representantes escuchen a sus representados", dijo Zapatero, para explicar por qué anunciaba esa medida inmediatamente después de que la hubieran solicitado las víctimas ante los parlamentarios.

MAXIMO IMPULSO" El alto comisionado dependerá directamente de la Presidencia del Gobierno. Zapatero explicó ayer que lo había querido así para "dar el máximo impulso político a la atención a las víctimas". La descoordinación de los servicios públicos de atención fue una de las denuncias de las asociaciones de víctimas, además de aparecer recogida en el informe publicado por el juez Juan del Olmo.

El líder del PP, Mariano Rajoy, respaldó la creación del alto comisionado y aunque reconoció que no fue informado, no quiso entrar en polémicas.