El PP de Asturias subió ayer unos cuantos grados de ebullición en la crisis interna que vive desde hace unos años con la decisión, sin precedentes, del exministro de Fomento, Francisco Alvarez-Cascos, de pedir la baja en el PP de Gijón, organización de la que fue fundador hace 28 años. Cascos la abandona por los ataques que recibe de la dirección gijonesa quien fuera su alumna más aventajada, ahora fuera de la vida pública, tras los últimos cuatro años como delegada del Gobierno, Mercedes Fernández.

"En primer lugar, quiero, desde la amistad, la concordia y la solidaridad que me unen a Mercedes Fernández, expresar mi solidaridad con ella ante la indigna agresión que está sufriendo por parte de los responsables del Partido Popular de Gijón", afirmó ayer Cascos en declaraciones a este periódico. "He solicitado al PP que traslade mi ficha de militante de Gijón a otro organismo del partido donde pueda sentirme dignamente representado", manifestó refiriéndose a Madrid.

Alvarez-Cascos no evitó alusiones directas a la presidenta del partido en Gijón, Pilar Fernández Pardo, al tachar de "indignante" el hecho de que "esta persona represente a los militantes".