Entre insultos, tensiones, apelaciones a banderas preconstitucionalistas y "apartheid" independentistas, ha comparecido esta mañana el exsecretario general del PP Francisco Álvarez-Cascos ante la Comisión del Congreso que investiga la presunta financiación ilegal de la formación conservadora. A los pocos minutos de empezar la sesión, Álvarez-Cascos ya había puestos las bases de su discurso, empezando por asegurar que los extesoreros del PP Álvaro Lapuerta y Luis Bárcenas habían tenido un comportamiento "intachable" en todo lo que él conoce. Incluso, ha afirmado que no tiene constancia de "ninguna actividad merecedora de reproche".

Álvarez-Cascos, que ocupó la secretaria general del PP durante una década, desde 1989 hasta 1999, coincidiendo con las presidencias de Manuel Fraga y José María Aznar, ha acudido a la comisión para dar respuesta a los diputados sobre su presunta relación con la trama Gürtel. El exministro ha asegurado que fue "tesorero en funciones" de la formación a principios de la década de los 90, antes de la llegada de Lapuerta.

LA NEGACIÓN COMO ARGUMENTO

Preguntado por la existencia de una caja B en el PP, Álvarez-Cascos ha afirmado rotundamente que no tiene constancia de que existiera y, en un tono distendido, ha pedido a los diputados que no hagan suposiciones. "Las suposiciones son propias de procedimiento inquisitoriales". "Los procedimiento acusatorios se basan en datos, en hechos", ha afirmado después de reiterar que durante el ejercicio de sus funciones como secretario general no se produjo una financiación irregular.

La negación ha sido la principal herramienta del que fuera vicepresidente primero durante la primera legislatura de Aznar. Álvarez-Cascos ha hecho hincapié en no haber recibido el dinero que se adjudica en los papeles de Bárcenas a unas siglas que los diputados del PSOE, Podemos, ERC y Cs han identificado con su nombre. Además, ha sido tajante ante la "inverosimilitud" de acusar al ministerio de Fomento, el cual dirigió entre el 2000 y el 2004, de favorecer a determinadas empresas a cambio de favores.

RIFIRRAFE CON RUFIÁN

El punto álgido de la comparecencia ha llegado con el turno del portavoz de ERC, Gabriel Rufián. El tenso encontronazo entre Rufián y Álvarez-Cascos ha terminado con insultos entre el diputado catalán y la vicepresidenta de la comisión, Beatriz Escudero, del PP. Este ha sido el momento en el que el exsecretario general conservador ha aprovechado para atacar a los catalanes por crear un "apartheid" en Catalunya y discriminar a la mitad de los catalanes.