A 48 horas del inicio de la campaña electoral para las generales, el gobierno andaluz formado por PP y Ciudadanos anunció una bajada masiva de impuestos, desde el IRPF al de sucesiones y donaciones, pasando por el de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados. El ejecutivo reconoció que con esta "revolución fiscal" se busca aplicar la receta liberal que ya aplica la comunidad de Madrid y buscar que Andalucía sea la comunidad donde "menos impuestos se paguen", mientras que la oposición reprocha que el grueso del anuncio beneficia a las rentas más altas y habla de "banquete para millonarios" que pagarán las clases medias y trabajadoras con recortes en servicios públicos.

Se trata de la medida de mayor calado de las adoptadas por el nuevo ejecutivo, que convirtió el "bmi o bajada masiva de impuestos" en su promesa estrella durante la campaña. También fue incluida en el paquete de medidas que tanto PP como Ciudadanos se comprometieron a poner en marcha durante los primeros 100 días de gobierno. El decreto ley tendrá aún que ser convalidado por el Parlamento andaluz, aunque no habrá obstáculos dado que era otro de los planes prioritarios de Vox. Según los datos facilitados este martes por el consejero de Hacienda, Juan Bravo, la rebaja fiscal tendrá un impacto global en el bolsillo de los ciudadanos de 235 millones de euros al final de la legislatura.

EL MILAGRO ECONÓMICO

"No aspiramos a ser los que menos paguen, sino los que estén en la media de España", insistió Bravo para poner de relieve la comparación con el anterior escenario, durante el gobierno socialista. "Se acabó el infierno fiscal y los impuestos injustos en Andalucía”, abundó el portavoz del Ejecutivo, Elías Bendodo, para quien la medida pretende acabar con “el agravio fiscal por vivir” en la comunidad gobernada por los socialistas durante 37 años. La idea que subyace bajo el anuncio es el convencimiento de que una menor carga impositiva servirá de reclamo para inversiones extrajeras y la llegada de nuevas industrias que permitirán relanzar la economía andaluza y, por extensión, reducir la elevada tasa de paro. El milagro económico del que presume el PP y que destaca continuamente su líder, Pablo Casado, al poner a Andalucía y las políticas del gobierno de Juan Moreno Bonilla como espejo de lo que será su gestión si llega a La Moncloa. También se compensar con una gestión más eficiente, explicaron, de manera que se evite llegar a procedimientos judiciales perjudiciales para la Junta de Andalucía.

La rebaja impositiva será progresiva, y de momento en este ejercicio de 2019 el coste para las arcas públicas será solo de 10,7 millones de euros. Según el consejero de Hacienda, el mayor impacto se apreciará en el tramo autonómico del IRPF, de forma que los andaluces dejarán de pagar 149,8 millones a final de legislatura. La bonificación será de medio punto para las rentas de hasta 60.000 euros, y de un punto para los ingresos que superen esa cifra. Bravo justificó la diferencia en contra de las rentas más bajas explicando que durante el gobierno de Mariano Rajoy éstas ya se vieron beneficiadas con las bajadas de impuestos aplicadas, de ahí que opten por compensar para que la reducción llegue también al tramo más alto. En total, las previsiones del Ejecutivo apuntan a que el tipo máximo bajará tres puntos de forma progresiva.

SUPRESIÓN DEL IMPUESTO DE SUCESIONES

La gran novedad será la bonificación al 99% del impuesto de sucesiones entre familiares directos, anunciada ya la pasada semana y que entrará en vigor a partir de este mismo jueves para las herencias superiores al millón de euros, ya que por debajo estaban exentas desde el pasado año merced a la presión de Ciudadanos para aprobar los presupuestos del PSOE. La bonificación se aplicará también a las donaciones, con la intención de sacar a la luz operaciones que se hacían de forma sumergida hasta el momento. Según el ejemplo dado, la donación de un padre a un hijo o hija valorada en 10.000 euros pasará a tributar 7,82 euros frente a los 782,6 euros que suponía en la actualidad.

La supresión de este impuesto, según Bravo, persigue aumentar la renta de las familias, dinamizar la economía y despenalizar el ahorro familiar, además de frenar el éxodo fiscal hacia otras comunidades. “Todos conocemos algún amigo que se ha tenido que ir a otras regiones a tributar”, aseguró, pese a que los datos oficiales del Ministerio de Hacienda desmienten este argumento. El impacto en las cuentas públicas de esta bonificación rondará los 85 millones en 2023, “menos de lo que se pagará por sentencias judiciales”, apuntó.

BENEFICIOS A LAS FAMILIAS NUMEROSAS

Por último, el plan del Ejecutivo andaluz pasa por aplicar de inmediato beneficios a las 130.000 familias numerosas contabilizadas en la región, que verán reducida en más del 50% la tarifa que pagan en los actos jurídicos documentados o el impuesto de transmisiones al comprar una vivienda. Las pymes y los autónomos también se verán beneficiados en este tipo de impuestos con una reducción al 1,5% cuando adquieran inmuebles con la renuncia a la exención del IVA, de manera que puedan disponer de mayor liquidez.

Los partidos de la oposición han cargado duramente con la bajada impositiva que favorece especialmente a los “ricos y las grandes fortunas” y que supondrá un deterioro de los servicios públicos al reducir los ingresos de la administración, abriendo el camino “a los negocios privados que tienen algunos de sus amigos”. “Los ricos estarán hoy descorchando champán”, dijo el exconsejero socialista de Hacienda, Antonio Ramírez de Arellano. Tanto PSOE como Adelante Andalucía llaman la atención acerca de que se presente ahora esta rebaja fiscal coincidiendo con la campaña electoral y auguran que el anuncio de los recortes llegará después de las elecciones, cuando se presenten los nuevos presupuestos.