Los controles telefónicos de los familiares y personas del entorno del exminero Emilio Suárez Trashorras permitieron a la Guardia Civil escuchar cómo algunos de los detenidos ayer se burlaban de los investigadores porque éstos no daban con ellos. Hasta su detención, ninguno de ellos, a excepción del cuñado de Trashorras, había sido molestado por los agentes mientras éstos seguían reuniendo datos sobre sus actividades delictivas y sus relaciones con Jamal Ahmidan, el Chino.