Con la cabeza completamente cubierta con un gran pañuelo azul, Montserrat González, asesina confesa de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, ha abandonado a las ocho de la tarde de este miércoles los calabozos de la comisaría de la Policía Nacional de León.

Varios agentes la han introducido en un vehículo del cuerpo para trasladarla a los juzgados de la ciudad castellanoleonesa, donde será interrogada por la titular del juzgado de instrucción número cuatro de la ciudad. La comitiva policial estaba presidida por la propia comisaria jefa de León, María Marco, que iba en el coche de delante.

González ha reconocido ante la policía ser la autora de los disparos contra la política conservadora. Según ha relatado a los investigadores, la mató porque la consideraba responsable de las desgracias de su hija.