En la pieza abierta por las grabaciones de la reunión mantenida entre Corinna zu Sayn-Wittgenstein y el excomisario José Manuel Villarejo en Londres en el 2015, el juez de la Audiencia Nacional Diego de Egea y la Fiscalía Anticorrupción tienen mucho que investigar. También si la expareja del Rey emérito encargó a Villarejo asesoramiento ante una investigación de Hacienda a la familia británica Goldsmith por una finca en Ronda (Málaga). Uno de sus miembros, Zac Goldsmith, concurría por el partido de David Cameron a las elecciones de mayo de ese año, y el interés de Corinna y del expresidente de Telefónica Juan Villalonga, también presente, era cerciorarse de que el problema fiscal no supusiera un hándicap en su carrera, según un audio adelantado por Vozpópuli.

La investigación, en la que Corinna no está imputada, al menos aún, se juega en la pieza llamada Carol, nombre con el que excomisario se refería a la alemana. Fuentes fiscales recuerdan que se abrió tras un informe de Asuntos Internos de la Policía que apuntaba al contenido «de apariencia ilícita» de la grabación, y señalan que aún debe ser analizada para certificar que es auténtica. Comprobado ese extremo se determinará si los hechos mencionados, en los que Corinna atribuye cuentas en Suiza al Rey emérito y le acusa de utilizarla como testaferro, son constitutivos de delito. Las mismas fuentes apuntan a que esas comprobaciones deben hacerse en relación con el encargo de Corinna a Villarejo, para ayudar a su amigo con su entramado empresarial, pero también respecto a otras personas afectadas, entre ellas, el Rey emérito.

Villarejo insistió ayer ante el juez en desvincularse de las prácticas delictivas que se le atribuyen: dijo que él actuaba en nombre del Estado para intentar mediar en los problemas existentes entre el Rey emérito y Corinna.

Preguntado por el caso, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue muy claro: «No vamos a aceptar ningún chantaje al Estado».