La Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional celebra este jueves la vista en que analiza el recurso del comisario jubilado José Manuel Villarejo contra el auto por el que el pasado mes de octubre, el juez Manuel García Castellón acordó mantenerle en prisión superada la barrera de los dos años.

Aquel auto, notificado el 28 de octubre, exponía que en el caso de Villarejo concurren elevado riesgo de fuga, "un evidente riesgo de reiteración delictiva" así como "alto riesgo de alteración o destrucción de fuentes de prueba", por lo que se acordaba prorrogar su situación de prisión provisional, que puede extenderse hasta un máximo de dos años adicionales si no media juicio y sentencia.La defensa de Villarejo recurrió en apelación con un escrito en el que descartaba la concurrencia de esos factores, proponía medios alternativos a la prisión como la vigilancia con una pulsera telemática y centraba su argumentación en la salud del comisario, pues según afirmaba la hipertensión que padece puede conllevar efectos fatales estando en prisión.

ESTRUCTURA PARAESTATAL

Para el juez, esas razones de salud que alegó el comisario no son suficientes para ponerle en libertad, dado que no se trata de "graves padecimientos" que no puedan ser atendidos en prisión en los términos que fija la ley y teniendo además en cuenta, que en la vista de prórroga de prisión intervino un facultativo de la prisión de Estremera según el cual, Villarejo no se toma la medicación que se le prescribe.

En el auto, de 19 páginas, el instructor, en línea con la tesis de la Fiscalía Anticorrupción, explicó que "la organización que está detrás" de Villarejo, "con funciones perfectamente distribuidas entre sus miembros, creó en el tiempo en que estuvo en activo una estructura paraestatal que ha instrumentalizado de forma sistemática los recursos públicos en beneficio propio y de sus clientes, habiendo comprometido gravemente el servicio público y puesto en tela de juicio la autoridad del Estado.

En aquel momento, se instruía la macrocausa Tándem en 16 piezas separadas de las que nueve permanecían bajo secreto y en las que en total, se le imputan, entre otros, delitos de organización criminal para la comisión de delitos graves en su condición de jefe, blanqueo, cohecho, descubrimiento y revelación de secretos, falsedad documental, tráfico de influencias, encubrimiento y delitos fiscales, es decir, un horizonte de más de 100 años de cárcel.

"RIESGO DE FUGA EVIDENTE"

Sin embargo, la causa sigue creciendo y en la actualidad cuenta ya con 19 líneas de investigación sobre "la existencia de un entramado criminal centrado en torno a las empresas del Grupo Cenyt dirigida a la mediación e intercambio de información de carácter personal, cuyo acceso estaba restringido a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado" y a la que Villarejo accedía por "la facilidad que le otorgaba la doble condición de policía y de investigador privado" y para la que no tenía la autorización preceptiva.

"El riesgo de fuga es evidente y no sólo por las elevadas penas a las que se enfrenta (...) sino y sobre todo por cuanto a lo largo de la investigación se ha evidenciado la capacidad concreta que presenta de sustraerse a la acción de la justicia", exponía el auto del juez, que recuerda uno de los audios de la causa en el que Villarejo dice a otro investigado" que lleva más de 30 años haciendo maldades y cobrando y pagando por todo el mundo.