El presidente del Gobierno, José María Aznar, acusó ayer al PSOE de quebrar el "esqueleto del Estado" con sus propuestas descentralizadoras de la fiscalidad y la judicatura. En conversación con los periodistas durante la recepción de la Pascual Militar en el Palacio Real, el presidente llegó a comentar que a este ritmo se puede suscitar la división de la Guardia Civil y de las Fuerzas Armadas en 17 unidades de mando, tantas como autonomías.

Fiel a su línea, Aznar rechazó el desarrollo de las previsiones constitucionales para convertir a los tribunales superiores de justicia en las últimas instancias de apelación judicial en el ámbito autonómico. También se opuso a la creación de agencias tributarias autonómicas y a la reforma del Senado.

El detonante de sus declaraciones fue una pregunta sobre las propuestas autonomistas del PSOE. Comenzó diciendo que España es el Estado más descentralizado del mundo y que cuando se le empiezan a quitar atribuciones y sólo queda el esqueleto y se le siguen restando competencias, se rompe el esqueleto. La consecuencia, agregó, es clara: "Lo que se quiere es otro Estado".

Después cargó contra el PSOE diciendo que si hoy reivindican 17 agencias tributarias y 17 tribunales superiores de justicia, mañana pueden pedir la división de la Guardia Civil y de las Fuerzas Armadas.

MENSAJE REAL Antes, en la ceremonia que tuvo lugar en el salón del trono, el rey Juan Carlos, acompañado de la reina Sofía y del príncipe Felipe, reclamó en su discurso mayor atención hacia el elemento humano del Ejército. "La principal preocupación" de los responsables de las Fuerzas Armadas debe de ser, dijo, "la mejora de las condiciones de trabajo diario de los hombres y mujeres que visten uniforme" porque "de nada nos sirve el material más sofisticado si el personal que lo tiene que manejar no está adecuadamente capacitado, debidamente equipado y altamente motivado".

Juan Carlos, que dedicó un emotivo recuerdo a los militares que fallecieron en Irak y en el accidente aéreo en Turquía, pidió "unidad y decisión" para acabar con el terrorismo: "La mayor amenaza que nos acecha", dijo. Y recordó las "abominables intenciones" de los etarras que hace unos días querían provocar una masacre en los trenes.

Por otra parte, Aznar, demostró ayer un cierto desinterés por la primera entrevista que mantendrá mañana en el palacio de la Moncloa con el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall. Aznar confesó que no tenía un mensaje especial para Maragall y evitó opinar sobre la reforma del Estatuto que propugna el líder catalán.