Con España "no se juega" y es "poco honrado" ir a unas elecciones "alquilando o comprando" las ideas a grupos minoritarios. Con estas dos ideas, José María Aznar marcó ayer el camino que seguirá su sucesor, Mariano Rajoy, en la pugna de las elecciones legislativas generales del 14 de marzo. El Gobierno tripartito catalán (formado por los socialistas, ERC e ICV-EUiA) fue, de nuevo, la excusa para descalificar al PSOE e infundir temor en el electorado a un posible avance de la opción de José Luis Rodríguez Zapatero.

En la frontera entre el balance de ocho años de Gobierno del PP y el pistoletazo de salida de la carrera electoral, el presidente del Gobierno desplegó una considerable agresividad verbal, que eclipsó a su sucesor al frente de la candidatura.

Ante más de 3.000 seguidores congregados bajo el lema Bien hecho como resumen de las dos legislaturas, Aznar desplegó su particular estilo político. Estuvo envalentonado, dispuesto al "reproche" y a "no pedir perdón" por su gestión, en la que no apreció errores. Su bandera fue la unidad de España.

SOLO UNA ESPAÑA Para el presidente del Gobierno, no hay más alternativa que la España autonómica de la Constitución. Otros modelos son "ensoñaciones" a las que hay que decir "no" y "hasta aquí hemos llegado". Aznar se olvidó de que en los primeros años de su mandato pactó con los nacionalistas de CiU y PNV. Y censuró que Zapatero aplauda la alianza entre el PSC, ERC e ICV-EUiA de la Generalitat catalana.

CESION A LAS MINORIAS Aznar trató en toda su intervención de que eche raíces el mensaje de que el PSOE es un partido "débil" que necesita de fuerzas políticas minoritarias que hipotecarán su gestión. Sin "ideas propias" ni "convicciones maduras", como tiene el PP, dijo Aznar, "la dignidad política se pierde por los derroteros del oportunismo, de la insolvencia, de la cesión ante los grupos minoritarios".

Formaciones como ICV o ERC son, según el jefe del Ejecutivo, "respetables en democracia" pero "clamorosamente minoritarias en España". Las alianzas de Zapatero con IU --desde la causa común que acuñó Joaquín Almunia hace cuatro años hasta los pactos municipales-- son, para Aznar, una muestra de la "equivocación" de los socialistas. Como broche, hizo aflorar el mensaje de 1996: el PSOE en el Gobierno, es "corrupción", paro y "rencor".

Aznar presentó a su partido como la única "garantía" de estabilidad y de progreso económico. La oposición, dijo, está en el "carrusel" del "todo a cien" y el "gratis total" en economía, y del "todo a 17" (número de autonomías) en política.