José María Aznar ayer hizo novillos. El presidente en funciones no acudió al Congreso para presenciar la constitución de las Cortes de la octava legislatura. Aunque no es obligatoria la presencia del mandatario saliente si no es diputado ni en este acto ni en la sesión de investidura del nuevo presidente, suele ser práctica habitual en los países europeos.

Hasta ahora no se había producido una situación semejante en el Estado porque Felipe González siguió siendo diputado cuando dejó el Gobierno, en 1996. Adolfo Suárez también fue diputado después de ser presidente.

El Partido Popular excusó la ausencia de Aznar con el argumento de que no es diputado y nada le obligaba a acudir a la sesión y sentarse en su escaño del banco azul. Tampoco asistieron el resto de ministros en funciones que no han obtenido acta de diputado. Los que sí acudieron dejaron libre el sillón de Aznar. El líder del PP, Mariano Rajoy, ocupó su nuevo destino en segunda fila, justo detrás del escaño vacío del presidente.