Recién llegado de Washington, José María Aznar insistió ayer de nuevo en un discurso atlantista que viene causando fricciones en el seno de la Unión Europea. El jefe saliente del Gobierno español subrayó, ante la familia popular en Bruselas, que "no hay alternativa creíble" a la relación Europa-EEUU --unidos en la defensa de valores comunes-- para mantener la paz y la estabilidad mundiales.

Justo un día después de haber defendido la decisión de invadir Irak en un aclamado discurso ante el Congreso norteamericano, Aznar esbozó su concepción de una UE que asiente sus bases en la cooperación con Washington. Lo hizo en su discurso de despedida ante el 16º Congreso del Partido Popular Europeo, convocado para aprobar el programa electoral de cara a las elecciones a la Eurocámara del 13 de junio.

DIVERGENCIAS El líder popular consideró "perfectamente compatibles" una Europa fuerte y con gran presencia en el mundo con un "estrecho vínculo atlántico". Y recordó que las "divergencias" entre ambas orillas del atlántico provocan que la paz y la estabilidad sean más "vulnerables", "y a los europeos también los hace más vulnerables porque hacen aflorar entre nosotros líneas divisorias que no deberían existir".

En este sentido, las relaciones entre Madrid y el eje franco-alemán han sufrido algún que otro altibajo después de que el Gobierno español decidiera mandar tropas a Irak tras la caída de Sadam Husein. También ha habido encontronazos en cuestiones económicas trascendentales, como el pacto de estabilidad.

Para reforzar los lazos atlantistas de la UE, el líder conservador apostó por explorar un amplio campo de trabajo y posibilidades de cooperación: la lucha contra el terrorismo, el combate contra las armas de destrucción masiva, la reconstrucción de Irak, la promoción de la paz en Oriente Próximo o el afianzamiento de la democracia en América Latina. También consideró fundamental la creación de una zona económica y financiera entre Washington y Bruselas en el 2015, cuya existencia auguró como "pilar central de una economía global próspera y estable".

Cuando aún humea el caso Carod , Aznar se apuntó un tanto al conseguir que los populares europeos, a instancias de la filial española, aprobaran una resolución que exige el cese definitivo de la violencia terrorista y condena "todo diálogo o connivencia con organizaciones terroristas, en particular con aquéllas reconocidas como tales por la UE". El texto se aprobó con cinco abstenciones: los cinco delegados de Unió Democr tica de Catalunya.

Aznar aprovechó la despedida de sus compañeros europeos para presentar a su sucesor al frente del PP, Mariano Rajoy, de quien aseguró que será "un colega generoso y leal, comprometido con nuestras ideas y los valores del partido".