A las 9.20 horas de este jueves, una cincuentena de encapuchados rompió la barrera montada en la plaza 1 d’Octubre de Gerona -hasta hace pocos meses, plaza de la Constitución- para proteger el espacio en el que a las 11.00 horas iba a realizar un acto el partido ultraderchista Vox. Los manifestantes, convocados por la Plataforma Antifascistas Gerona, atacaron el cordón policial. Hubo lanzamientos de objetos, bengalas y vallas contra los agentes antidisturbios, a quienes cogieron por sorpresa.

El propio intendente jefe de la Brigada Móvil (Brimo), sin casco, intervino golpeando con una porra extensible (arma autorizada) para repeler el intento de los manifestantes de acceder al espacio reservado por el partido de Santiago Abascal.

La acción del intendente le ha situado en el ojo del huracán independentista. Algunos medios de comunicación han publicado su nombre y apellidos, su cara e insinuado una afinidad con la Guardia Civil basada en una fotografía tomada en un acto institucional.

En Tarrasa, a las 18.40, cuando Vox dio por finalizado ese acto, comenzó también una «lluvia de piedras» contra los antidisturbios, subrayan fuentes policiales. Durante esa respuesta policial, Marta Sirvent, diputada de la CUP, sufrió un disparo de un proyectil de foam en la mano.

"QUEDAR BIEN CON TODOS"

«Nosotros estábamos allí para cumplir con sus órdenes pero después Torra siempre quiere quedar bien con todos», le afea un agente de la Brigada Móvil (Brimo), en declaraciones a este diario, subrayando la incompatibilidad de presidir el Govern que manda a los Mossos para, a continuación, unirse a las críticas de la CUP por la actuación policial que las lleva a cabo. «Las pelotas de goma están prohibidas y para recuperar una posición tenemos que entrar en el cuerpo a cuerpo», razona. «Nadie cuestiona que si un agente actúa mal, debe ser sancionado. Pero lo que ha pasado en Gerona es muy injusto», concluye.

En Gerona se desplegaron 5 furgonetas de la Brimo y algunas de la ARRO para proteger el acto de Vox, comunicado y aceptado por las autoridades catalanas y municipales. Tras el ataque de una cincuentena de encapuchados contra la línea policial, «las órdenes que recibimos los agentes fueron las de recuperar la posición y eso hicimos».

El malestar generado por la purga dictada por Torra ha activado de nuevo una campaña interna en el cuerpo de Mossos, «una ola de bajas». Los policías no tienen derecho a la huelga y para ausentarse deben presentar una baja médica, que en masa daría pie a la llamada «gripe azul», y participar así en la movilización del 12 de diciembre en el sector de la función pública de Cataluña.

Esta última crisis ahonda en la brecha entre policía catalana y Govern. Los sindicatos de los Mossos y la plataforma MosS.O.S. han advertido de la situación límite en que se encuentra el cuerpo por la falta de efectivos, la pérdida de condiciones laborales y el hartazgo por su instrumentalización política.