Las agendas de Fraga y Baltar fueron ayer misterios indescifrables. El primero permaneció en su residencia, pero nadie sabía si convocaría o no la reunión. El político orensano fue más difícil de localizar. Viajó a Santiago por la mañana pero después se le perdió la pista. Finalmente, se le encontró en Prior de Cea, donde asistió a un entierro. A. S.