Juntar los primeros días de julio con la ciudad de Estrasburgo es invitar al común de los mortales a pensar en el Tour de Francia. La ciudad alsaciana, acaso como perenne reivindicación de su francesidad, es puerto de atraque habitual de 'Le grand bouclé'. Cuando no, ciudad donde se da inicio con una prueba contrarreloj. Este año, sin embargo, lo que dará inicio en esta ciudad francesa, el martes, es otra prueba contra el reloj, entre los políticos del 'procés' (los confinados en el centro penitenciario de Soto del Real y los residentes en Bélgica) y el Estado.

La sesión constitutiva del Europarlamento se vivirá, seguramente, más intensamente en las puertas del edificio Louise Weiss que en el interior. La manifestación convocada por las entidades independentistas en el puente de Joseph Bech buscará cubrir el vacío que comportará que ni el 'expresident' Carles Puigdemont, ni el 'exvicepresident' Oriol Junqueras, ni el 'exconseller' Toni Comín, ocupen los escaños por los que la ciudadanía les eligió. También clamarán por el cumplimiento del informe del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de las Naciones Unidas que exige la liberación de los encarcelados y que se les dé una indemnización por el tiempo transcurrido en prisión preventiva.

Ahora bien, en los pasillos del parlamento, la procesión irá por dentro. Las situaciones de los diputados electos sin acta no son iguales, por lo que las tácticas también difieren. Mientras el dúo residente en el extranjero (Puigdemont y Comín) se entregarán el martes al 'agit-prop' ante las puertas de la Cámara acaso esperando que la presión política surja efecto y se les permita la entrada (si finalmente deciden salir de la capital belga y arriesgarse a que se pueda activar una tercera euroorden de detención), Junqueras mueve hilos por la vía judicial.

PUIGDEMONT VS. TAJANI

La Junta Electoral Central (JEC) decretó sus escaños "vacantes" porque no acudieron a jurar o prometer la Constitución cuando fueron citados, un paso imprescindible para recoger después el acta que les abra las puertas de la Eurocámara. Puigdemont y Comín decidieron no pisar territorio español ante la posibilidad de ser arrestados y su abogado, Gonzalo Boye, les representó en el Congreso con una fórmula de acatamiento firmada ante notario en Bélgica. La JEC la rechazó por unanimidad y el Tribunal Supremo (TS) no quiso llevarle la contraria. El líder republicano tampoco asistió, porque este tribunal le denegó el permiso para ser trasladado hasta la Cámara baja, pese a que semanas antes se había personado para recibir la credencial de diputado en Las Cortes.

La ofensiva de Puigdemont se centró en estas últimas semanas en señalar la pasividad del presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, en este asunto, aunque no ha recolectado muchos frutos. Después de recibir hasta tres requerimientos del equipo legal del 'expresident', Tajani rompió el silencio en una carta en la que insiste en que no puede tratar a ninguno de los tres como eurodiputados electos porque no finalizaron el proceso de toma de posesión, por lo que sus credenciales no figuran en la lista remitida a la Eurocámara desde las autoridades españolas. Añadió que solo puede tener en cuenta los resultados oficiales declarados por los Estados miembros y que corresponde a los tribunales nacionales pronunciarse sobre la legalidad y la implementación de la ley electoral.

MIRANDO A LUXEMBURGO

Puigdemont confía en que la justicia europea le dé la razón y le otorgue el asiento en la Eurocámara que le proporcionará inmunidad parlamentaria. Su equipo de abogados llevará toda la documentación ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), al que puede acudir como particular si la decisión de un órgano comunitario le afecta directamente. No sería, a priori, el caso, porque no es el Parlamento Europeo quien le deniega el acta, sino la JEC, pero puede dar a entender que hay un "caso de omisión", es decir, que se ver perjudicado por la inacción de las instituciones europeas.

Existe otra vía, en la que ya le ha abierto camino Junqueras: acceder al TJUE a través de un tribunal nacional que le remita la cuestión. El TS está recabando, a petición de la defensa del 'exvicepresident', la opinión de la fiscalía y de la Abogacía del Estado sobre la opción de preguntar al tribunal con sede en Luxemburgo si la inmunidad parlamentaria se obtiene con la publicación del electo en el Boletín Oficial del Estado (BOE) o si se alcanza ese estatus al cumplir las condiciones que fija cada Estado. Si el TJUE acepta el caso como urgente, puede tardar entre dos y cuatro meses en dar respuesta, aunque podría emitir un "auto provisional" si se considera que es un asunto de máxima urgencia.

Y he aquí la carrera. Si la sentencia llega antes que este auto, e incluye penas de prisión, Junqueras no podrá entrar en el hemiciclo. Si llega antes el dictamen del TJUE, y resuelve en favor del líder de ERC, conllevaría su libertad inmediata y, seguramente, la suspensión del proceso judicial al menos para él y no es descartable que para el resto de acusados.