Para los nueve británicos detenidos en la base de Guantánamo no hay fecha de vuelta a casa. Tony Blair admitió ayer que el regreso se retrasa. En diciembre parecía inminente un acuerdo entre Londres y Washington. El primer ministro reconoce que hay demoras, aunque se deben, dijo, "a muy, muy buenas razones".

"Queremos estar seguros de que, si la gente vuelve aquí, no constituye un peligro para la seguridad, y lo digo con todo respeto para los implicados", afirmó Blair, respondiendo al grupo liberaldemócrata. "Seguimos negociando si deben ser juzgados en EEUU o si deben retornar", dijo.

Ni Downing Street ni el ministro de Interior, David Blunkett, han aclarado el futuro de los detenidos en el Reino Unido. Familiares y presos de otros países europeos crearon en enero en Londres la Comisión de Derechos Humanos de Guantánamo para terminar con la situación de vacío legal. B. A.