En la cinta, recién aparecida pero grabada en el 2001, el confidente El Lavandero revela al agente Jesús Camplillo sus conversaciones con Antonio Toro: "Un día ya vas cogiendo confianza y confianza, y dice: ¿Tú conoces a alguien que pueda comprar explosivos?. Buf, y ahí te encuentras con cada loco, con cada tontería. Yo dije: No sé de nadie. Dice Toro: Es que yo tengo para vender 1.000 kilos de explosivos a la semana".Más adelante, el confidente relata que en cierta ocasión Toro le abordó para ofrecerle los explosivos: "Entonces, abrióme el capó de la parte de atrás del coche y llevaba, yo qué sé, 40 o 50 kilos...". También asegura que Toro le preguntó si conocía a alguien que supiese "montar bombas con móviles" --como los del 11-M--, y que él y Suárez Trashorras planeaban irse de viaje a Marruecos para "dirigir la cosa desde allí".