No ha sido fácil. Pedro Sánchez ha tenido que esforzarse hasta el final para convencer a Josep Borrell, actual titular de Asuntos Exteriores, para que aceptara ser el candidato del PSOE a las elecciones europeas de mayo. El ministro se mostró reacio a este papel, llegando incluso a plantear a finales de la semana pasada que estaba dispuesto a encabezar las listas del PSC a las generales sin pasar por primarias, lo que hubiera supuesto desplazar a la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet.

Pero Borrell ha aceptado finalmente, según han informado este martes fuentes socialistas, repitiendo en una candidatura que ya encabezó en el 2004, y que le llevó a ser presidente del Parlamento Europeo. Esta vez, si el PSOE logra mantenerse en la Moncloa tras las generales del próximo 28 de abril, un mes antes que las europeas, dirigente socialista podría ser nombrado comisario.

UN DISCURSO DURO

La posibilidad de que Borrell fuera el cabeza de cartel del PSC a las generales no terminaba de casar con la campaña que quieren desplegar los socialistas catalanes en los inminentes comicios, basada en la necesidad de diálogo con Cataluña pese al fracaso de los últimos esfuerzos, un discurso que no acaba de ejemplificar el todavía ministro, muy duro con el independentismo.

Sánchez tendrá ahora que acometer una nueva crisis de Gobierno, la tercera tras las dimisiones de Màxim Huerta y Carmen Montón. El favorito para sustituir a Borrell en la cartera de Exteriores es José Manuel Albares, diplomático y actual secretario general de Asuntos Internacionales en la Moncloa.