La comisión de investigación sobre la presunta financiación ilegal del PP se convirtió el martes una vez más en un agrio y tenso rifirrafe entre políticos, con insultos incluidos. Esta vez los protagonistas fueron la vicepresidenta de la comisión, Beatriz Escudero, diputada del PP, y el portavoz de ERC, Gabriel Rufián.

Tras un encontronazo entre el diputado catalán y el exsecretario general del PP, Francisco Álvarez-Cascos, Escudero defendió al exministro, lo que le valió que el dirigente de Esquerra la tachase de "palmera".

Ella, visiblemente enfadada y tras pedir amparo a la presidencia de la comisión, perdió as formas y desde su silla gritó a Rufián: "No me guiñes el ojo, imbécil". El republicano aseguró horas más tarde que no hizo dicho gesto sino que cerró los dos ojos, al verse sorprendido por la defensa de "la bandera preconstitucional, del aguilucho, del pollo, como se dice coloquialmente". "Yo en ese momento no sabía cómo reaccionar y he cerrado los ojos, ella de manera sorprendente ha interpretado que le guiñaba el ojo y me ha llamado imbécil. Esa es la historia", declaró a las siete de la tarde, después de que durante horas el rifirrafe se comentara ampliamente en las redes sociales.

La parte más dura del toma y daca de la comisión, en la que Ruifán interrogó a Álvarez-Cascos, se inició después de que el diputado catalán preguntara al compareciente si había leído la sentencia del caso Gürtel que condena al PP. Álvarez-Cascos, en un giro de 180 grados, optó por lamentar que la Generalitat reciba el 28% de la financiación autonómica y cargó contra el independentismo por haber creado un "sistema de apartheid" que incumple varios artículos de la declaración de los Derechos Humanos. Rufián, con su habitual tono irónico y entre risas, le preguntó si "ese tal Apartheid" era un "jugador del Racing".

La situación fue a peor cuando Rufián se dirigió al exministro para decirle que, después de sus palabras sobre el independentismo, solo le faltaba colocarse detrás la "bandera con el pollo". Fue ese comentario el que dio lugar a la primera intervención de Escudero que, obviando que Rufián se había dirigido al "pollo" en referencia a la bandera franquista, le pidió respeto por "la bandera de todos los españoles".

Tras perder los papeles e insultar a Rufián, Escudero abandonó la sala, en medio de un constante murmullo por sus palabras, criticando duramente a la presidencia de la comisión por no darle amparo tras las descalificaciones del diputado catalán. Además, la vicepresidenta hizo del conflicto un ataque feminista y lamentó que el resto de diputadas no la hayan defendido por ser del PP.

Ya por la tarde, Escudero compareció ante la prensa rodeada de casi todas las diputadas del grupo popular y también algunos parlamentarios y denunció que Rufián hubiera traspasado "muchas líneas rojas". "Ninguna mujer es ni una palmera ni un florero, y así me he sentido cuando me lo ha dicho", afirmó Escudero, que pidió el amparo de la Mesa del Congreso ante el "insulto inadmisible" del portavoz de ERC. La afectada instó a la dirección de los republicanos a que "llame al orden" a Rufián, "un señor que no puede ir perdonando la vida y menos a las mujeres". "Con su gesto de guiñarme un ojo me ha humillado a mí y a todas las mujeres", subrayó.