El PP logró dar ayer otro "revolcón" al Gobierno al lograr aplazar su segundo intento en una semana de reformar el sistema de elección de jueces de tribunales superiores y del Supremo. Una cuestión de procedimiento sobre la fórmula de tramitación de la reforma derivó en una monumental bronca en el pleno, que obligó a Manuel Marín, presidente del Congreso, a suspenderlo. A pesar del tropezón, el Gobierno logrará que se vote el cambio de la ley en un pleno que se celebrará el jueves 9.

La disputa comenzó por la mañana en la Junta de Portavoces. Los socialistas contaban con el apoyo de todos los grupos, menos el PP, para incluir en la tarde de ayer la votación que permitiría volver a tramitar la reforma legal en lectura única. Pero el PP consideró que esa votación alteraba el orden del día pactado y para cuya modificación la costumbre parlamentaria indica que se requiere unanimidad.

Pero el presidente del Congreso optó por desoír ese criterio. El PP montó en cólera. Reglamento en mano, hasta tres diputados pusieron trabas al intento de Marín. Desbordado por la bronca, el presidente interrumpió la sesión y la votación se anuló.