El presidente de EEUU, George Bush, llevaba unas frases preparadas para que no cupieran dudas de su actitud respecto al país aliado. Nada más bajar del coche para recibir a los Reyes, se dirigió a la prensa que aguardaba en el rancho tejano de Crawford y aseguró, mientras desplegaba una amplia sonrisa, "España es un gran país y un buen amigo".

Así quedó enmarcado el clima que iba a presidir una reunión que puede lograr un punto positivo de inflexión en las relaciones entre ambos países. Estas se han envenenado por las graves tensiones abiertas entre Washington y Madrid, a raíz de la retirada española de Irak.

COINCIDENCIAS El almuerzo privado de tres horas que ayer compartieron los Reyes y la familia Bush supuso el inicio de los contactos que realizará el primer mandatario norteamericano con los líderes de los países que se desmarcaron de la guerra contra Bagdad. Una operación diplomática, la de intentar cerrar las heridas abiertas, que ayer fue aplaudida por portavoces de la Casa de Rey. Que el interlocutor español elegido por Bush al invitarle a almorzar sea el jefe del Estado es algo que cuenta también con la total conformidad de la Moncloa.

En ese sentido, fuentes diplomáticas subrayaron que si la percepción del presidente norteamericano es que "los Reyes son los primeros funcionarios de la Administración española", el balance del encuentro ya puede considerarse como positivo. Pese al inicio de deshielo, la Casa Blanca aún mantiene el castigo sobre el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, a quien Bush aún no ha devuelto la llamada de felicitación tras su reelección.

GESTO TRASCENDENTE Fuentes de la comitiva que acompaña a los Reyes destacaron a su vez que el encuentro "impulsará" las históricas relaciones de amistad que han unido a ambos países, independientemente de los gobiernos de turno. A juicio de estas mismas fuentes, la trascendencia política del "gesto" de ayer puede tener en sí mismo incluso más valor que los contenidos.

Del fondo de la conversación será informado hoy mismo el presidente del Gobierno por el Rey, que ayer emprendió viaje de regreso a España. La reunión, de carácter ordinario, es la que semanalmente realizan Juan Carlos y Zapatero

PALABRAS EN CASTELLANO Bush, su esposa Laura y George Bush padre acudieron en las típicas rancheras tejanas hasta el pie de la escalerilla del helicóptero que llevó a los Reyes hasta el diminuto helipuerto de Crawford. Al bajar, el presidente norteamericano se marcó un "hola" y un "adiós" en castellano dirigido a los periodistas allí presentes.

Los Reyes y sus anfitriones se saludaron con mucho afecto, pero el Rey lo subrayó al preguntarle al padre del presidente: "¿qué tal está mi viejo amigo?". A continuación ambos se fundieron en un abrazo. Pese a que las cosas aún no han vuelto a su sitio, la sosegada charla de ayer en Crawford permitirá que el Rey siga ejerciendo su papel conciliador como máximo representante de España en el exterior.