La banda terrorista ETA pretendía cometer un atentado de grandes dimensiones en Madrid haciendo estallar una importante carga explosiva colocada en una furgoneta, pero ésta fue interceptada en la madrugada de ayer por la Guardia Civil en Cañaveras (Cuenca). El conductor y otro etarra que manejaba un vehículo de escolta fueron detenidos.

Los terroristas transportaban 536 kilos de explosivos desde Francia en dirección a Madrid, utilizando para ello un largo rodeo por la N-320, que une Albacete con Guadalajara, donde podían tomar la N-2 en dirección a la capital. En caso de haber cumplido su objetivo, la explosión hubiera provocado importantes daños en edificios y numerosos muertos, indicó el Ministerio del Interior.

LOS ARRESTADOS Las fuerzas de seguridad detuvieron a Irkus Badillo Borde y Gorka Vidal Alvaro, de 24 años y no fichados, conductores de la furgoneta bomba y de otra que la precedía, utilizada como lanzadera y que sufrió un accidente después de la detención de la primera. Interior no aclaró si el primer conductor advirtió al segundo de que la Guardia Civil le había parado, lo que explicaría que el vehículo de escolta se desviara de la N-320 y tomara una carretera secundaria hasta la localidad de Poveda, donde se accidentó.

El Gobierno aprovechó la oportunidad para vincular la intentona etarra a la polémica entrevista de Josep Lluís Carod-Rovira con la cúpula de la banda y a la tregua declarada sólo en Cataluña. El ministro del Interior, Angel Acebes, afirmó: "El señor Carod-Rovira estará muy satisfecho, porque el atentado no se iba a producir en Cataluña, sino en Madrid, y hubieran muerto madrileños, andaluces y a lo mejor algún catalán, pero no se hubiera producido en Cataluña, que es lo que lleva tanto tiempo pregonando". La oposición felicitó a las fuerzas de seguridad y criticó al Ejecutivo por atacar al líder de ERC y utilizar la lucha antiterrorista como éxito partidista.

A los terroristas se les encontró una nota en la que se mencionaba un polígono industrial cercano a la N-2, zona en la que se encuentran varias empresas, dos grandes hoteles y los diarios Abc y La Razón . Fuentes de este último rotativo dijeron que su sede era el objetivo de los etarras, según confesó uno de los detenidos. Sin embargo, fuentes de Interior no descartan que el detenido intentara confundir a los investigadores. Sobre la nota, dijeron que los etarras podrían haber previsto dormir en dicho polígono y trasladar los explosivos a Madrid por la mañana.

La furgoneta que llevaba los explosivos fue robada en Francia en noviembre. La Guardia Civil le dio el alto cuando circulaba por la N-320, a la altura de Cañaveras, a 143 kilómetros de Madrid, al sospechar que la matrícula no correspondía a la marca y modelo del vehículo. Las fuerzas de seguridad habían doblado los controles al sospechar que ETA cometería un atentado en campaña.

Los dos vehículos salieron de Francia, cruzaron la frontera posiblemente por Aragón y eligieron carreteras nacionales para ir a Madrid pasando por Molina de Aragón.

La furgoneta llevaba 506 kilos de cloratita, 30 de dinamita y 90 metros de cordón detonante dentro de un contenedor metálico atornillado al suelo del vehículo. Según los especialistas en explosivos, la deflagración hubiera tenido efectos dramáticos. Habría abierto un cráter de 35 metros; daños irreparables en edificios a 60 metros; no quedaría entero ningún cristal a 350 metros y nadie estaría seguro a kilómetro y medio del lugar de la explosión.