La figura de Francisco Camps, como ya pasó en el juicio, sobrevuela toda la sentencia de la Audiencia Nacional, que incluso le dedica varios apartados pese a no estar encausado y, por tanto, no tener ni que absolverlo ni condenarlo. Al que fuera el presidente de la Generalitat Valenciana y del PP en la comunidad durante los dos años juzgados, y cabeza de cartel en una de las elecciones a las que el partido acudió financiado ilegalmente, tanto su exmano derecha Ricardo Costa como los principales cabecillas de la Gürtel le acusaron de ser uno de los ideólogos del irregular sistema de financiación del partido.

«Las decisiones más importantes en esa campaña las tomaba el presidente del PP, el señor Camps», sentenció en su día Costa. Pero el fallo subraya que al estar citados tanto él como el también exvicepresidente Víctor Campos como testigos nada se puede juzgar, y recuerda que las confesiones respecto a su papel llegaron ya con los posibles delitos prescritos.

«Es jurídicamente imposible emitir pronunciamiento alguno al respecto, formalmente, porque en este juicio comparecen como testigos, por lo que es obvio conforme al principio acusatorio formal que no puede hacerse ni un mero juicio de valor acerca de su conducta», recoge la sentencia de la Audiencia. Además, recalca que «sus actos, por supuesto en principio y sin prejuzgar, habrían prescrito por haber transcurrido más de cinco años sin formularse desde la fecha acusación alguna».

Eso sí, el fallo tiene poco que agradecer a las declaraciones de ambos, pues señala que fueron «totalmente infructuosas para aclarar los hechos enjuiciados; nada saben, nada recuerdan, nada reconocen». Destaca la «radical negativa» del expresidente valenciano a admitir cualquier conocimiento de la trama y en parte la achaca a que «tiene la condición de investigado en tres piezas de esta trama, con lo cual su derecho a no declarar contra sí mismo, que conoce y se le ha recordado, es aún más evidente».

En su declaración, Camps se desvinculó a sí mismo y los miembros de su Gobierno (como lo era Costa) de las cuentas del partido y le echó la culpa a Eduardo Zaplana de la llegada de Orange Market a la Comunidad Valenciana. Fue incluso más allá y dijo que no sabía que tenía vinculación con Correa.

De momento, tras haber sido absuelto en el caso de los trajes, y ni siquiera encausado por la financiación irregular de PP valenciano, el exdirigente popular tiene en los casos de la Fórmula 1 sus principales obstáculos judiciales. Camps está citado como investigado en la causa que analiza la llegada a Valencia del Mundial; en otra que estudia la construcción física del circuito, y en una tercera cuyas pesquisas son aún secretas y por las que declarará esta misma semana. Eso sí, Costa podría haber aportado nuevas informaciones sobre Camps en una declaración secreta que realizó en la sede de la Fiscalía Anticorrupción.