No hubo manera. Los candidatos principales a la presidencia de la Junta de Andalucía se volcaron anoche de nuevo en jugar al mentiroso en RTVE para evitar desvelar cuáles serán sus opciones preferentes para los pactos que los sondeos vaticinan necesarios para gobernar. Hasta por cuatro veces preguntó la socialista Susana Díaz a los líderes de PP, Juan Manuel Moreno Bonilla, y Cs, Juan Marín, si tenderían la mano a Vox, el partido que podría comerles parte de la tarta pero que no les permitiría desbancar al PSOE. Si no dicen nada, es porque entiendo que sí, zanjó, cansada. Tampoco ella quiso desvelar si, como le azuzó el candidato naranja, llegará a acuerdos con Adelante Andalucía para lograr la investidura o incluso si "pondrá la economía en sus manos".

El segundo debate de las elecciones andaluzas para el 2 de diciembre volvió a repetir estructura y guion del anterior, aunque en esta ocasión con un poco más de nervio, tono más duro y reproches cruzados entre todos. Empezaron con argumentos calcados del encuentro anterior. Y como ocurrió entonces, Cataluña centró en su totalidad el bloque dedicado a política territorial, aunque esta vez logró colarse en el debate desde el inicio, cuando Marín reprochó a Díaz y Teresa Rodríguez (Adelante Andalucía) que negocien los presupuestos generales que deben llevar recursos a los servicios públicos andaluces en la cárcel. Por subir el salario mínimo no voy a la cárcel, voy hasta Marte si hace falta, cortó la líder de Podemos, admirada de cómo había logrado introducir el tema catalán "tres bloques antes", en el dedicado a las políticas económicas y de empleo. Mientras, Díaz negó la mayor y defendió que el Gobierno negocia los presupuestos en La Moncloa, un recordatorio de que Pablo Iglesias será apoyo de Pedro Sánchez, pero no está en el ejecutivo.

"LES TEMBLARON LAS PIERNAS EL 6 DE OCTUBRE"

La candidata socialista recibió en este debate palos de todos los frentes, lo que le permitió justificar en diversas ocasiones que el futuro que espera tras el día 2 es el bloqueo, salvo que el PSOE logre una mayoría suficiente. Díaz consiguió deslizar sus propuestas y se zafó de las preguntas más comprometidas, como la lanzada por Moreno Bonilla acerca de si “ha llegado ya el momento” para aplicar el artículo 155 ahora en Cataluña “para evitar que se sigan mofando de la Carta Magna”. “Cuando se incumplan las normas siempre”, saltó, reprochando que “fue justo lo que el PP no hizo cuando el Parlament se saltó las normas el 6 y 7 de octubre (de 2018) porque les temblaron las piernas”. “Fue el PSOE quien pidió que TV3 y la educación quedaran fuera del 155”, respondió Moreno Bonilla, “tiene un presidente que no defiende a los españoles porque humilla todos los días la soberanía de España, y lo peor es que usted está absolutamente callada y con una actitud sumisa con el señor Sánchez”.

“Otra vez volvemos a hablar de Cataluña en un debate andaluz. Es desesperante”, clamaba la candidata de Adelante Andalucía, a quien se le oía suspirar cada vez que el resto de presidenciables mencionaba a esta comunidad, lo que le valió la acusación de Marín acerca de su "alergia a España". También Rodríguez tuvo su intercambio de reproches con Díaz. Ésta le afeó que “defender un referendo ilegal no es de izquierdas, ha sido siempre la bandera del nacionalismo egoísta, y lo llevan en el programa electoral”, frente a la “una España unida y en igualdad" de su proyecto. Rodríguez sacó el estatuto autonómico andaluz y le recordó a la socialista que el texto reformado en 2007 recoge el término “nacionalidad histórica” para referirse a Andalucía.

Tras la negativa clara de Cs, su socio preferente la pasada legislatura, Díaz tal vez tendrá que mirar hacia Adelante Andalucía para sacar adelante incluso su investidura si la suma de PP, Cs e incluso Vox supera los escaños de PSOE, lo que obligaría a la coalición de izquierdas a votar "sí". No valdría con su abstención. Pero las diferencias entre ambas dirigentes siguen a flor de piel, y Rodríguez, con más propuestas en esta ocasión, no dudó en confrontar directamente con la socialista en otros momentos del debate. De hecho, fue la única que logró incomodar, tanto en el bloque de modelo territorial como en el de corrupción, a Díaz, a quien las cámaras mostraron sin mirar a sus compañeros y torciendo el gesto cada vez que oía un ataque. “¿Por qué habla de estabilidad si usted no agota ninguna legislatura? Ha adelantado las elecciones dos veces. Usted es el principal factor de inestabilidad de Andalucía”, le espetó, tal vez para diluir la imagen de que su falta de contundencia en el anterior debate dejaba entrever un pacto en la izquierda.

“Tiene buenas intenciones, pero gobernar no es fácil, ponga los pies en el suelo porque esto no es Juego de Tronos”, le respondió soberbia la presidenta. “Usted no verá Juego de Tronos, pero es una experta: usted es Cersei Lannister, búsquelo en internet, que dio un golpe de estado para segar la hierba bajo Pedro Sánchez y poner a Mariano Rajoy”, atajó Rodríguez, asegurando que la socialista tiene “un problema de coherencia”. Para la socialista, la candidata de Adelante Andalucía es “la muleta de la derecha” por haber votado en su contra, y junto a los populares, diversas propuestas en el parlamento en los últimos años.

"NO ES MI ADVERSARIO"

El líder del PP también se mostró más vivo en esta ocasión, y para intentar frenar los apoyos que se le escapan a la formación naranja, respondió a los ataques de Cs. Como cuando Marín sacó dos rollos kilométricos con los nombres de “todos los imputados en la corrupción”, ya fuera ERE, Gürtel, Púnica, demostrando que así “no se crea confianza en las instituciones". Moreno Bonilla no se quedó atrás, recordó las imputaciones de los dos alcaldes naranjas en la región y trató de minimizar daños, centrando el grueso de su artillería en Díaz (“una máquina de crear desigualdades”) y repitiendo constantemente que “usted no es mi adversario, lo es el PSOE”. Eso no fue obstáculo para que atizara a Marín por ser “cómplice” de los socialistas los últimos tres años y “traicionar la confianza de los votantes”. “Pues para no ser su adversario, me llamó perro hace dos días. Creo que esa no es la mejor forma de hacer amigos”, ironizó Marín. “Hoy vemos aquí a dos fuerzas políticas que se detestan, que si eres un perro, un caniche…En cambio están de acuerdo en darse el gobierno”, resumió Díaz, quien puso fin al debate exhibiendo su deseo de gobernar en solitario y pidiendo que no la “bloqueen”.