En su primer discurso electoral y multitudinario tras su salida del Gobierno catalán por reunirse con ETA, Josep Lluís Carod-Rovira se presentó ayer como víctima de "la suciedad del aparato del Estado". El líder de los republicanos hizo un discurso de autoafirmación y de resistencia frente a la actitud de acoso y derribo que atribuyó al PP por haber sido artífice de un gobierno de izquierdas que rompe con "el pensamiento único" popular. Frente a ello, advirtió de que si Esquerra aguantó "el franquismo" también sobrevivirá al PP.

Arropado por un millar de militantes, Carod compareció flanqueado por la dirección del partido. Reivindicó el diálogo y manifestó que el respaldo recibido por la hermana de un erzaina asesinado ya justificaba su entrevista con ETA. "Sólo por eso valía la pena jugarse el cargo. ¿O no vale más una vida humana que el cargo de conseller en cap ?".

Este discurso, que a Carod le salió del estómago --no lo llevaba escrito--, fue atribuido por dirigentes de ERC a una necesidad de "autoafirmarse" cuando aún no se ha recuperado de la crisis. No obstante, según estos dirigentes, Carod defiende en privado la necesidad de no convertir la campaña en un plebiscito sobre su derecho a dialogar con ETA y de centrarse en la defensa del tripartito.

De hecho, tanto él como Joan Puigcercós, con el que forma tándem para las generales, atribuyeron la "brutalidad de la maquinaria del Estado" a una voluntad de derribar al Ejecutivo catalán. Carod reclamó al PSOE "más valentía" en la defensa de una España plural, actitud que distinguió de la del PSC.

Mientras, el PSOE empezó ayer a dar muestras de que ha escuchado la llamada del presidente catalán, Pasqual Maragall, para que le dejen gobernar Cataluña. Varios dirigentes socialistas --entre ellos, el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves--, señalaron que el presidente catalán es el único que debe decidir sobre el regreso de Carod al tripartito.

REUNION CON ETA ETA ha admitido en un comunicado que se reunió con ERC, ha negado que ambas partes llegasen a ningún acuerdo y ha acusado al Gobierno de filtrar la información de la cita. La nota de ETA al diario Gara no precisa las identidades de los que acudieron a la cita. Los terroristas critican además la actitud de "los partidos y agentes que han denunciado los contactos".