El presidente del PP, Pablo Casado, se refirió ayer por vez primera a las polémicas grabaciones entre la exsecretaria general del partido Dolores de Cospedal y el excomisario de Policía José Manuel Villarejo, defendiendo que la exdiputada, con la que ha tenido la oportunidad de hablar en las últimas horas, «ha dado explicaciones desde el primer momento y no ha mentido, cosa que no pueden decir otros que también se reunieron» con el expolicía. No obstante, evitó respaldar explícitamente a Cospedal y avisó de que cualquier conducta no ejemplar en el partido contará con su «absoluto rechazo».

En un acto en Huelva, donde continúa haciendo precampaña para las elecciones andaluzas del próximo 2 de diciembre, se mostró «tranquilo» por algo ocurrido, insistió, hace 10 años. «Desde la dirección nacional del PP no hay nada que ocultar o temer» sobre alguna revelación que se pueda hacer, «pero no estoy seguro de que otros partidos o líderes políticos puedan decir lo mismo», afirmó.

El dirigente conservador recordó, además, que este entramado «pseudo policial» se creó bajo un gobierno del PSOE y que fue un gobierno del PP el que acabó con él. «Lo que haya ocurrido entre medias lo rechazo categóricamente y me comprometo a que no vuelva a suceder cuando sea presidente del Gobierno», señaló, evitando hacer un apoyo expreso a la exministra. Así, dijo que su único compromiso es con los afiliados que le hicieron presidente del partido, y a los que prometió «ejemplaridad, claridad y rendición de cuentas». «Cualquier conducta que se aleje de estos tres preceptos contará con mi total rechazo», afirmó, marcando las líneas rojas para el futuro.

El líder del PP volvió a reprochar que el Gobierno esté supeditado a las peticiones de sus socios independentistas, lamentando que ponga en duda al poder judicial al cuestionar que los líderes políticos catalanes encarcelados hayan cometido delito de rebelión.

«La Fiscalía dice que hay criterios objetivos», dijo, «pero ahora el Gobierno lanza el mensaje de que la Abogacía del Estado podría no pedirlo» y que no está de acuerdo con la instrucción. «Es gravísimo, y lo hace por mandato de sus socios», valoró el presidente de los populares, haciendo hincapié en que «si se manda desde los barrotes de la cárcel o si las políticas las dictan los independentistas, uno no tiene legitimidad para seguir gobernando».

RECTIFICACIÓN

Casado también se refirió a la rectificación «vergonzosa» que el Vaticano realizó sobre la inhumación de Franco. «Es el colmo», aseguró. El líder del PP insistió en que su formación está más centrada en lo que ocurra en los «próximos 50 años que en lo ocurrido hace 50 años», recordando que «se votó la Constitución para cerrar heridas» entre posiciones discrepantes.

«La democracia parlamentaria fue una conquista para no repetir errores del pasado e ir todos de la mano», resumió, instando al Gobierno a ser «más valiente con los dictadores vivos y no preocuparse de los muertos». En este punto, Casado volvió a reiterar su petición a Sánchez para que se una al Grupo de Lima, donde ya están Chile, Argentina, Colombia, Canadá, Francia o Alemania, para llevar a Nicolás Maduro ante la Corte Penal Internacional. «Es lamentable que España no esté», dijo, reprochando la próxima visita del presidente del Ejecutivo a Cuba «a visitar a un dictador». «Que se ocupe de ello y deje de reescribir la historia».