Lo qué debía ser un acontecimiento histórico acabó en bronca. José Luis Rodríguez Zapatero desató ayer las iras de Pasqual Maragall, presidente de la Generalitat de Cataluña, al entregar a la UE las traducciones de la Constitución europea a las lenguas cooficiales del Estado. El presidente de la Generalitat arremetió contra el jefe del Ejecutivo por presentar por separado dos textos idénticos en nombre de Cataluña y Valencia, "como si se tratase de dos lenguas diferentes".

En un comunicado institucional, Maragall acusó al Gobierno de haber cedido a las "presiones" de la Comunidad Valenciana y avisó de que llevará ese "despropósito" a los tribunales. La Generalitat esperaba que Zapatero entregara en Bruselas un único ejemplar en catalán, en nombre de Cataluña y Valencia.

Poco antes de las cinco de la tarde, Zapatero entregó cuatro traducciones de la Constitución al secretario general del Consejo de la UE, Javier Solana. Los volúmenes iban acompañados de una carta del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, en la que presentaba las "traducción de la Constitución a las lenguas cooficiales".

La consejera de Cooperación y Participación de la Comunidad Valenciana, Gema Amor, manifestó en Bruselas que la entrega del ejemplar valenciano es "un paso más en la defensa de nuestras señas de identidad".