La Constitución europea está ahora más cerca de convertirse en realidad que hace dos semanas. El presidente francés, Jacques Chirac, y el canciller alemán, Gerhard Schröder, constataron ayer en sus reuniones con el próximo jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que el acuerdo que posibilite la nueva Carta europea puede salir adelante antes de que termine junio, informó ayer el futuro ministro español de Exteriores, Miguel Angel Moratinos.

La victoria socialista en las elecciones del 14 de marzo ha colocado a España en el grupo de países empeñados en conseguir una Constitución europea en el actual periodo de presidencia irlandesa de la Unión, que finaliza con el mes de junio. Moratinos trasladó a los periodistas que tanto Zapatero como el presidente de la República francesa se habían comprometido a hacer todos los esfuerzos posibles para evitar actitudes de crispación y de enfrentamiento en las negociaciones, y facilitar un acuerdo rápido.

A pesar de los buenos deseos de todos los interlocutores, Zapatero expresó su intención de no renunciar a las aspiraciones de España en cuanto al reconocimiento de su peso en la futura UE. Por eso explicó a los líderes europeos que defenderá los intereses nacionales de España y que negociará para garantizar que mantiene su peso institucional.

DOBLE MAYORIA La brevedad de los encuentros entre el futuro presidente español y los líderes europeos no permitió entrar en detalles sobre la negociación de la Constitución. No obstante, de esta primera toma de contacto Chirac y Schröder se llevan la impresión de que Zapatero está dispuesto a aceptar el sistema de decisión de doble mayoría (mayoría de estados y de población) por el que apuestan los gobernantes del eje franco-alemán.

El Gobierno de José María Aznar se encalló en una defensa numantina del sistema de votación aprobado en Niza, que otorgaba a España y Polonia casi el mismo peso que a Alemania, a pesar de tener la mitad de población. Por eso los mandatarios europeos abrazaron el giro europeísta que les anunció ayer el futuro presidente español.

Schröder calificó la victoria electoral socialista de "acicate" para recuperar "ilusión y entusiasmo" en el proceso de construcción europea. Y el conservador Chirac habló de devolver a España un "papel central" en la toma de decisiones estratégicas de la Unión Europea.

COMO CON GONZALEZ En palabras de Moratinos, Chirac y Schröder acordaron con Zapatero recuperar las relaciones bilaterales entre sus países y España que existieron durante los gobiernos de Felipe González. El futuro jefe del Gobierno español prometió a los mandatarios europeos que trabajará por superar la división entre la vieja y la nueva Europa creada en los últimos años, para crear una Europa en la que todos puedan sentirse cómodos.

Las reuniones se desarrollaron en un clima muy cordial. Tanto, que Chirac habló de entablar una relación "familiar" con la nueva España de Zapatero, y Schröder de amistad "privilegiada" entre ambos países.

El líder socialista también tranquilizó al primer ministro polaco, Leszek Miller, al que el giro en la posición española sobre la Constitución podría dejar batallando en solitario. Zapatero le prometió informarle de todos sus pasos en la UE y acordar posiciones conjuntas en las negociaciones sobre el peso de ambos países.