Una vez que la expresidenta madrileña Cristina Cifuentes renunció a su acta de diputada y, por tanto, dejó de ser aforada, solo era cuestión de tiempo que la titular del Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, Carmen Rodríguez-Medel, la imputara por falsificación de documento público y cohecho en el caso máster. La expresidenta del PP de madrid ha sido citada el 26 de junio, 20 días después de que haya declarado el primer imputado que hubo en la causa, el catedrático Enrique Álvarez Conde.

La expresidenta de la Comunidad de Madrid siempre ha mantenido que cursó su titulación en Derecho Autonómico en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y que, si había habido irregularidades, solo serían imputables al centro docente. Pero la jueza instructora ya dio a entender que también la imputaría cuando admitió la denuncia presentada por la catedrática que aparece como firmante del acta de convalidación de sus notas, Ángela Figueruelo, cuya firma dice que fue falsificada.

En el auto de admisión imputó a Álvarez Conde y citó a declarar como testigos a los otros nueve alumnos que, como la expresidenta madrileña, vieron convalidadas tres de sus asignaturas en 2012.

DECLARACIONES / Tras recibir las diligencias abiertas por la fiscalía de Móstoles a raíz de las denuncias presentadas por el rectorado de la URJC y un grupo de estudiantes, la magistrada amplió la lista de testigos e imputados y fijó para ayer jueves las primeras declaraciones.

Durante la de la profesora Alicia López de los Mozos, presidenta del tribunal que supuestamente evaluó el trabajo de fin de máster de la exdirigente del PP, la jueza le modificó la condición de testigo a imputada por prevaricación administrativa, al haberse avenido presuntamente a calificar a alumnos que no habían cursado el máster investigado.

Junto a ella también declararon como imputadas Alicia Caronge, la secretaria que modificó las notas de Cifuentes, y Cecilia Rosado, única profesora del tribunal de evaluación del postgrado cuya firma no fue falsificada.

REACCIONES / El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, se apresuró a decir que la imputación demuestra que la formación naranja hizo bien en exigir su dimisión. «Rajoy quería que siguiera Cifuentes a pesar de la trama universitaria en la que está implicada. Pedimos su dimisión. Tardaron un mes en cumplir. Teníamos razón», escribió en Twitter.

Iñigo Errejón, candidato oficioso a liderar la lista de Podemos en Madrid, sostuvo que la imputación debe llevar a Rivera a rectificar su apoyo a la investidura de Ángel Garrido. «Hoy nos debe una disculpa. Si quiere ser el presidente de todos los madrileños tiene que disculparse», señaló, tras recordar que cuando la oposición, los medios y la sociedad pedían explicaciones a Cifuentes por el caso máster, él les «insultaba y la aplaudía».

El secretario general del PSOE madrileño, José Manuel Franco, dijo que Ciudadanos «está a tiempo de abstenerse» en la sesión de investidura para que sea elegido el candidato socialista, Ángel Gabilondo, ya que «es la única alternativa» a Garrido.