Un total de 26.361.051 españoles removieron el pasado domingo las fichas del tablero político, añadiendo una nueva en el extremo diestro y repartiendo el juego de manera diferente a izquierda y derecha. El mapa se tiñó sobre todo de rojo, con solo una pincelada azul y dos siempre intensos colores propios en Cataluña y Euskadi. A partir de un análisis de los resultados del 28-A elaborado por el GESOP, esta sería la fotografía de las ya cinco Españas electorales, al menos hasta el próximo día 26, fecha en la que se celebrarán las elecciones autonómicas y municipales.

PSOE

Pedro Sánchez ganó las elecciones con 7.480.755 votos, un 37,4% de papeletas más que en los anteriores comicios legislativos, en el 2016. Pese a ello, los socialistas recabaron el mismo porcentaje de voto que en las generales del 2011, en las que Mariano Rajoy logró mayoría absoluta. Es decir, el PSOE apuntaló su holgada victoria en parte gracias al fuerte batacazo del PP, que consignó su peor resultado desde 1979. Sánchez pintó de rojo 14 autonomías (más Ceuta), 42 provincias y 4.059 municipios, registro récord por ser la primera vez que los socialistas logran ser la fuerza más votada en Galicia.

El PSOE superó los sufragios que consiguió en el 2016 en todas las comunidades, siendo Cataluña en la que se anotó el mayor crecimiento, del 71% respecto al anterior resultado del PSC. En Navarra, Euskadi, Madrid y Galicia también registró subidas significativas, mientras que las mejoras en Cantabria, Extremadura y Andalucía fueron las más discretas por ser las regiones en las que mejor resistió hace tres años. De los dos millones de votos que sumó, Sánchez se quedó con casi 700.000 sufragios más de los que perdió su principal rival por la izquierda, Pablo Iglesias.

En cuanto al equilibro de fuerzas entre las dos izquierdas y las tres derechas, el bloque formado por PSOE y Unidas Podemos se impuso por solo 43.888 papeletas al integrado por PP, Ciudadanos y Vox. Ambos crecieron en votos, pero mientras los progresistas aumentaron sus apoyos en 682.300, los conservadores sumaron apenas 39.808. Tan solo en Canarias y Galicia se produjeron vuelcos: tres años atrás vencieron las derechas y el domingo lo hicieron las izquierdas. Los progresistas se adjudicaron además Cataluña, Andalucía, Euskadi, Navarra y Asturias.

La suma de socialistas y podemistas (43,4%) alcanzó un porcentaje similar al del 2016 (42,6%). Mejoró significativamente en Madrid y Galicia y retrocedió en la Comunitat Valenciana -donde las izquierdas conservaron por la mínima la mayoría para gobernar la Generalitat-, aunque hay que tener en cuenta que, a diferencia de hace tres años, en esta ocasión Compromís no concurría junto a Unidas Podemos.

PP

Con su giro derechista, Pablo Casado propició en el PP una sangría de tres millones y medio de votos, casi la mitad de los que cosechó Rajoy en el 2016. La suma de los sufragios que ganaron Ciudadanos y Vox fue muy similar a las papeletas que por el camino se dejaron los populares. Cuatro décadas exactas hacía que el partido, por aquel entonces recién fundado por Manuel Fraga, no obtenía un porcentaje de apoyos tan bajo como el del domingo (16,5%).

Tal fue el descalabro que el PP no fue la primera fuerza en ninguna comunidad, ya que el triunfo en Navarra correspondió a una coalición entre los populares, Cs y UPN. Solo venció en Melilla. Por el contrario, en el 2016 Rajoy se había impuesto en 15 autonomías, Ceuta y Melilla. Por provincias, Casado solo pudo ganar en cuatro: Ávila, Salamanca, Lugo y Orense.

El PP retrocedió en todos los territorios, pero el descalabro fue bastante más acentuado en Cataluña y Canarias, donde cedió más del 50% de los votos, y Madrid, donde quedó como tercera fuerza detrás del PSOE y Cs. Y en dos otrora bastiones como la Comunitat Valenciana y Murcia, perdió casi la mitad de los sufragios. En cambio, resistió mejor en Galicia, La Rioja, Euskadi y Castilla y León.

Las tres derechas reunieron juntas 39.808 papeletas más que las anteriores elecciones por el crecimiento de Ciudadanos y Vox, pero en porcentaje de voto todo el bloque conservador se dejó 3,5 puntos. La variación por comunidades fue desigual, siendo Canarias, Cantabria y Galicia donde más retrocedió.

CIUDADANOS

Albert Rivera se propulsó hasta los 4.136.600 votos, lo que significa una subida del 31% (casi un millón de sufragios más). El crecimiento naranja fue bastante homogéneo en toda España con una excepción: el País Vasco. Con su frontal oposición al sistema del concierto económico y el cupo, el partido perdió un millar de papeletas en Euskadi.

Y pese a haber colocado a Inés Arrimadas como cartel electoral, Ciudadanos se estancó en su comunidad natal, con una mejora de casi 100.000 votos que no le sirvió para sumar nuevos escaños catalanes.

Las subidas en Madrid, Cantabria y la Comunidad Valenciana también quedaron por debajo de la media estatal. Por el contrario, destacó sobremanera el crecimiento naranja en Extremadura, donde logró un 81% más de sufragios, que en anteriores comicios generales celebrados en dicha comunidad.

UNIDAS PODEMOS

Los votos de Pablo Iglesias son ahora más decisivos que antes, en las elecciones del 2016, pero son menos votos. Tras continuas guerras internas a cara de perro, la confluencia morada se dejó una cuarta parte de su cosecha del 2016, algo más de 1.300.000 papeletas. El 14,2% obtenido es el peor de sus tres registros en unas legislativas, pero mejora todas las marcas logradas históricamente por IU. La causa podría estar además de la crisis interna que ha llevado a Íñigo Errejón a aliarse con Manuela Carmena, en el llamado voto útil, ya que se trataba el pasado 28-A de hacer frente a una «emergencia nacional» para evitar que la ultraderecha pudiera lograr más votos y condicionara el futuro gobierno.

VOX

Con la extrema derecha se pueden hacer pocas comparaciones respecto al 2016, cuando apenas atrajeron a 47.182 fieles. En tres años los ultras han saltado hasta los 2.677.173. Una de cada 10 papeletas que los españoles introdujeron en las urnas el pasado domingo llevaba el logo del partido de Santiago Abascal, cuyas principales fuentes de voto fueron Murcia (18,4%), Castilla-La Mancha (15,1%), Madrid (13,7%) y la comunidad en la que debutó, Andalucía (13,2%). Los feudos más refractarios en porcentaje, como se esperaba, fueron Euskadi y Cataluña. Vox reunió 28.062 votos vascos y 148.481 catalanes.