El PSOE ganaría ahora mismo las elecciones, al obtener un 31,3% en estimación de voto, según el barómetro de marzo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), cuyo trabajo de campo se realizó antes del terremoto político en Madrid y Murcia. De este modo, los socialistas suben seis décimas con respecto a la encuesta de febrero, y adelantan al PP en 13,4 puntos, que baja nueve décimas. Vox logra un 15%, Unidas Podemos un 9,6 y Ciudadanos un 9,5.

El barómetro de febrero, realizado antes de las elecciones catalanas, mantenía en cabeza al PSOE con una estimación de voto del 30,7%, la misma que en enero y ampliando a casi 12 puntos su ventaja sobre el PP, que perdía punto y medio respecto al mes anterior y que se quedaba en el 18,8%. En tercer lugar repetía Vox, con un 13,6%, mejorando su dato del mes de enero, mientras que Unidas Podemos, con el 11,2%, también subía del 10,7 al 11,2% y se mantenía como cuarta fuerza del Congreso. Ciudadanos, por su parte, se anotaba un 9,3%, todavía casi tres puntos por encima de su resultado electoral del 10-N, cuando el partido quedó relegado a solo diez escaños. Por bloques, las fuerzas del Gobierno de coalición sumaban en enero el 41,9% de intención de voto, mientras que las tres derechas se quedaban a dos décimas, en el 41,7%.

Momento de la encuesta

En los días en los que el CIS recabó la opinión de las personas que han participado en la encuesta los dos partidos del Gobierno de coalición estaban enfrentados por la reforma sobre los alquileres y la oposición seguía acusando a Podemos de alentar las manifestaciones violentas que se iniciaron a mediados de febrero, sobre todo en Cataluña, tras la entrada en prisión del rapero Pablo Hasél.

Por otra parte, continuaba la polémica por la segunda regularización fiscal presentada por el rey emérito y por la vacunación de sus hijas en Emiratos Árabes; el extesorero del PP Luis Bárcenas ratificaba en la Audiencia Nacional la existencia de la 'caja b' del PP y el cobro de sobresueldo por parte de sus dirigentes, y la delegación el Gobierno en Madrid prohibía la manifestación feminista del 8 de marzo.