Tanto el Gobierno como la Generalitat empiezan a asumir que no habrá reunión entre Pedro Sánchez y Quim Torra en Barcelona el próximo 21 de diciembre. El Govern pone unas condiciones para que tenga lugar el encuentro que el Ejecutivo central no está dispuesto a aceptar. Y ninguna de las partes da muestras por el momento de querer ceder. Cuando Sánchez y Torra tuvieron su primera y por el momento única cita, a comienzos del pasado julio, el president emplazó al jefe del Ejecutivo a volver a verse en Barcelona. Sánchez aceptó la invitación. Sin embargo, cinco meses después, el ambiente es otro, con las acusaciones por rebelión de la fiscalía a los dirigentes encarcelados provocando que ni republicanos ni posconvergentes acepten empezar a negociar los próximos Presupuestos Generales del Estado, que el Gobierno, salvo sorpresa, no va a presentar para evitar sufrir así una derrota parlamentaria.

En este contexto, los siete independentistas presos en Lledoners preparan acciones de protesta contra el juicio del 1-O, que consideran radicalmente injusto. No todos están de acuerdo en adoptar las mismas acciones, por eso cada uno decidirá la suya. Para acallar esas discrepancias y proyectar imagen de unidad, difundieron en la tarde de ayer una foto de grupo tomada en el patio de la prisión. La ANC propuso inicialmente que los siete se declararan en huelga de hambre por un perido de 15 días. Pero no hubo consenso. En principio, solo Jordi Sànchez, expresidente de la ANC y diputado suspendido de JxCat, iniciará el ayuno.