Cuatro torres de refrigeración de la Clínica Delfos de Barcelona, que no estaban declaradas, son el origen más probable del brote de legionela que ha afectado ya a 27 personas en el barrio de Vallcarca, según ha informado el director de la Agencia de Salud Pública de la ciudad, Joan Guix.Guix ha explicado en rueda de prensa que, a raíz de las muestras de agua recogidas en esas torres de refrigeración, se ha descubierto que estaban contaminadas por la bacteria de la legionelosis "con unos niveles de concentración muy elevados", aunque ha puntualizado que "científicamente" todavía no se puede establecer una relación causa-efecto entre ese hallazgo y el brote aparecido.Las torres quedaron desinfectadas de forma preventiva el pasado 7 de agosto, a raíz de las inspecciones llevadas a cabo por el ayuntamiento en el barrio de Vallcarca tras la aparición del brote de legionela, por lo que Guix se ha mostrado "convencido de que la posible fuente de la enfermedad está controlada".Una mujer de 64 años, nueva infectadaEl responsable sanitario ha informado también de la detección de un nuevo caso de legionelosis, una mujer de 64 años que notó los primeros síntomas de la enfermedad entre el 14 y 15 de agosto y que "evoluciona correctamente", lo que eleva a 27 el número de afectados hasta el momento.Según Guix, el Ayuntamiento de Barcelona ha abierto un expediente sancionador a la Clínica Delfos tras constatar que las torres de refrigeración no habían sido declaradas, aunque está comprobado que se habían llevado a cabo tareas de mantenimiento en dichas instalaciones.A raíz del expediente, la clínica podría ser sancionada con entre 3.000 y 60.000 euros en concepto de infracción grave por no haber censado las torres de refrigeración --pese a que sí solicitó las licencias de instalación--, con lo que eludía las periódicas inspecciones efectuadas por técnicos municipales.El expediente informativo abierto pretende también descubrir si hubo negligencia en el mantenimiento de las torres, y determinar la responsabilidad de la clínica en la contaminación de sus instalaciones.Según Guix, el pasado 26 de julio, tres días antes de que se iniciaron los síntomas de los primeros afectados por la enfermedad, la clínica llevó a cabo "por su cuenta" una operación de mantenimiento de las torres, pero "se ha demostrado que dicha labor no resultó efectiva".El responsable de la Agencia de Salud Pública ha garantizado que "no existe ningún riesgo para los usuarios y visitantes" del hospital, dado que las torres fueron desinfectadas preventivamente el día 7 de agosto, tras lo que se volvieron a poner en marcha con un "sistema de inyección continua de cloro".Guix insistió en que "es muy poco probable que queden otras torres en el barrio que puedan contener el foco de la infección", pero afirmó que "no se puede dar por cerrado el brote", ya que hasta mediados de la semana que viene podrían continuar detectándose nuevos casos de personas que contrajeron la enfermedad antes del 7 de agosto.